El ex gobernador de Chihuahua, Javier Corral, presentó este jueves de manera formal su renuncia al Partido Acción Nacional (PAN), tras 41 años de militancia y de haber “tomado distancia” desde hace tres años de las decisiones de los órganos de dirección del blanquiazul, a partir de que se concretó la primera alianza electoral con el PRI.
Por medio de una carta enviada a Marko Cortés, dirigente nacional panista, Corral detalló los motivos por los que desde hace más de un año se ha alejado del instituto político y acusó que, en la actualidad, Acción Nacional es irreconocible frente a sus propios principios, afirmó que tiene a los dirigentes “más mediocres” de su historia y definió como una vergüenza la alianza con el PRI.
“Siento orgullo de haber militado 41 años en el que durante mucho tiempo fue el mejor partido político de México, destacado por sus aportes a la democracia en el país, por las grandes gestas patrióticas que impulsó desde diversas trincheras, por las almas que movió en su brega, pero que lamentablemente ya no es. De hecho, su actual fisonomía y actuar lo hacen irreconocible frente a sus propios principios y valores éticos. EI PAN que nos convocó ya no existe, es sólo un recuerdo, una entelequia”, dijo en la misiva que hizo pública en redes sociales.
Al recordar que llegó a ese partido desde 1982, aseveró que quedar en el PAN “sería en cierto modo traicionar el origen y los principios ideológicos que le dieron forma, ser cómplice de su degradación”.
Y pese a que expresó su respeto a quienes mantienen “la esperanza de una reconstitución ética y moral del partido”, apuntó que, en su caso, esa batalla está perdida porque la evolución de Acción Nacional es “cada vez hacia lo peor” y “se han enquistado la simulación, la mentira y la hipocresía”.
Nunca en la historia del PAN, remató, “habíamos tenido dirigentes tan mediocres y cínicos como los de ahora”.
Consideró, también, como “una vergüenza infinita” que el PAN termine fusionado con el PRI “más corrupto de la historia”, y argumentó que la única utilidad práctica de esa alianza es reinstalar en el Congreso a varios de los personajes más cuestionados de ambos partidos.