Ciudad de México. El Septeto Nacional de Ignacio Piñeiro, una de las agrupaciones soneras más longevas de Cuba, está por cumplir un siglo de vida y este viernes lo celebrará por todo lo alto en el Salón Los Ángeles

“Cumplir un siglo de existencia es motivo más que suficiente para una celebración, faltan unos añitos pero ahora que estamos en México aprovecharemos para iniciar las fiestas”, señalaFrancisco El Matador Oropesa, bongosero y director de la agrupación.

Los fastos que inician hoy tendrán continuidad en La Habana, Cuba, en actividades como el encuentro Nacional de Septetos a llevarse a cabo en varios escenarios de la ciudad capital y en el que participarán agrupaciones locales y foráneas, todas cultivadoras del son.

Así mismo está en preparación un libro en el que se narrará la historia de esta legendaria agrupación con datos inéditos, fotografías de todas las épocas y un audiovisual que incluirá las primeras apariciones en televisión.

El registro de la fundación del Septeto Nacional tiene como fecha 13 diciembre de 1927. Ese año nació como Sexteto para más tarde, con la inclusión de un nuevo elemento en la trompeta, convertirse ya en Septeto Nacional. Las reuniones se daban en la casa de Ignacio Piñeiro ubicada en la calle Positos 56 del barrio de Pueblo Nuevo.

Los primeros integrantes, mismos que definieron el estilo “a lo Piñeiro” fueron: Juan de la Cruz Iznaga, primera voz y clave; Bienvenido León, segunda voz y maraca; Francisco González Solares ("Panchito Chevrolet") en el tres; José Manuel Inciarte "El Chino", en el bongó; Alberto Villalón en la guitarra; y el propio Piñeiro que lo dirigía y tocaba el contrabajo.

Singularidades sonoras y personalidad tímbrica propias caracterizaron desde un principio a esta agrupación. Cualidades a las que se unió el respeto por los valores tradicionales del son cubano y el empleo de melodías y letras depuradas que en suma los conviertieron en uno de los más legítimos exponentes del género. Rasgos distintivos que prevalecen a la fecha.

“Nosotros hemos seguido la linea que estableció desde un principio Ignacio Piñeiro”, apunta El Matador Oropeza. “Esta se caracteriza por el apego al son tradicional,  su calidad musical, y el buen gusto a la hora de interpretar los temas. Todo ello ha influido en la longevidad del Septeto. Por eso nos conservamos en la primera división de la buena música cubana”.

La actual formación del Septeto Nacional está integrada por Gioser El Chante Rodriguez, en el tres; Adalberto Jouvert, trompeta; Alexei Shama Milán, contrabajo; Dagoberto Sacerio Oliva, guitarra y voz; Crispín Díaz Hernández, voz primera; Alexander Ferrer Núñez, voz y clave, y  Francisco El Matador Oropesa a cargo la dirección musical del grupo. 

Maestros todos que ya son la cuarta generación que mantiene el legado y la leyenda del conjunto defendiendo y llevando su son por el mundo.

El repertorio musical de Ignacio Piñeiro es impresionante, alrededor de 320 temas que incluye

toda la paleta del son: guajira-son, bolero-son, afro-son, son montuno... En este sentido, tomó los elementos que le eran afines del son oriental, el cual amplió incluyendo el complejo de la rumba y de las manifestaciones afroides,  desarrollando con visión innovadora tanto el aspecto musical como el literario y temático

Esta noche no se escucharán todos los sones  pero si los más representativos, mismos que han dado la vuelta al mundo: Esas no son cubanas, Echale salsita, Llora como lloré, El paralítico, No juegues con los santos (Mayeya), Candela me llamo yo, Sobre una tumba, una rumba y, por supuesto, Suavecito, ese que señala, “El son es lo más sublime para el alma divertir” y sentencia: “Se debería de morir quien por bueno no lo estime”

La fiesta en el Salón Los Ángeles que iniciará a las 17:00h y tendrá como invitados a las agrupaciones Son 14 y DPM y su Son, será motivo también  para celebrar los 100 años del natalicio del rumbero y sonero mayor.

Este es Carlos Embale, una de las voces más brillantes y potentes de la música cubana y el 135 anversario del nacimiento de Ignacio Piñeiro, llamado  el“Poeta del son”, y recordar que si hoy el pueblo de Cuba y el mundo baila, canta y celebra su obra  se lo debe al Septeto Nacional.