Nueva York. Los casos de sífilis en recién nacidos se han multiplicado por 10 en Estados Unidos en la última década, advirtieron ayer funcionarios de salud, quienes explicaron que esto es parte de un problema mayor: el aumento de las enfermedades de transmisión sexual (ETS) en el país.
Más de 3 mil 700 niños nacieron con sífilis congénita en 2022, 10 veces el número registrado en 2012, informaron en un comunicado los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC).
En nueve de cada 10 casos la enfermedad pudo haberse prevenido con pruebas tempranas y tratamiento durante el embarazo. La crisis de sífilis congénita en Estados Unidos se ha disparado a un ritmo desgarrador
, reconoció la médica jefa de los CDC, Debra Houry.
Los bebés pueden desarrollar sífilis en el útero si la madre está infectada y no es tratada. En una mujer embarazada, la sífilis puede derivar en abortos espontáneos, muerte del recién nacido o complicaciones a largo plazo para el bebé, como pérdida de la visión o la audición y malformaciones de huesos.
La sífilis aumenta en todos los grupos etarios en Estados Unidos, incluidas mujeres en edad reproductiva y sus parejas sexuales
, apuntó Houry.
Las minorías raciales enfrentan el repunte de la enfermedad con menos acceso a pruebas y tratamiento.
Los CDC exigieron a los prestadores de salud aumentar los análisis en mujeres embarazadas, incluidas aquellas tratadas en salas de emergencia y programas relacionados con uso de drogas. Sin embargo, algunos centros de salud estatales han informado que no se dan abasto para el tratamiento y prevención de esta enfermedad, y no se prevé que aumenten los fondos federales para este fin.
También ha sido cada vez más difícil para los proveedores de servicios médicos conseguir inyecciones de penicilina benzatínica, principal tratamiento contra la sífilis congénita, por la escasez de suministros.
Los directivos de Pfizer, único proveedor nacional de la inyección de penicilina, declararon que la escasez podría persistir hasta 2024.