Ciudad de México. “¿Quién iba a decir que la primera vez que lo vería sería la última?”, comentaban una pareja a las afueras del Frontón México, a la espera de ingresar para presenciar el concierto del rapero español Rayden, nombre artístico de David Martínez Álvarez.
El músico se presentó en el Frontón México como parte de su gira de despedida de los escenarios “Quiero que nos volvamos a ver por última vez”, tras anunciar su retiro del mundo de la música a finales de marzo de este año.
En un emotivo recital, el rapero de Alcalá de Henares se entregó a la pasión de su público, que coreó desde el inicio todas sus canciones, en un repaso por su trayectoria artística, a la par del derroche de energía del cantante y sus músicos.
Los acordes de La Patria de los ausentes marcaron el inicio de una velada que recorrió la trayectoria musical de Rayden, para dar paso a No hago rap, que con su cadencia rápida invitó al público a seguir el ritmo con las palmas y coreando la letra de la canción.
El ritmo y la energía se mantuvieron con Pólvora mojada y Ayer a estas horas, que marcó el inicio del segmento de su trayectoria más volcado a la música pop, de la que su último disco es la muestra más reciente.
A mi yo de ayer marcó el final del primer bloque de canciones, recordando sus inicios, seguida de Habla bajito, donde brilló la lírica combativa que lo llevó a destacar como ganador de la edición de 2006 del concurso de rap Batalla de los Gallos.
Por su parte, con Calle de la llorería llegó el momento rockero del concierto, al destacar la conjunción de los riffs de guitarra y ritmos de batería que acompañaban los sampleos de la tornamesa clásica del rap.
“Esta Ciudad de México me hace sentir que estoy en mi hogar”, exclamaba entre aplausos y ovaciones del público, al que le pidió corear el estribillo de El mejor de tus errores, canción que dedicó “a todos aquellos amores malogrados”.
El concierto también sirvió para recordar que, como artista, tenía la responsabilidad de alzar la voz ante las problemáticas del machismo y sexismo, por lo que con Caza de pañuelos abrió espacio para decir “ya basta” ante dichas actitudes.
“Soy porque somos”
Con el público ya entregado a su ídolo, Rayden pidió que en Ubuntu, los asistentes abrazaran a quien tenían a su lado, bailaran y saltaran, siguiendo el mensaje de la canción, un himno a la diversidad que conforma al ser humano.
Alternando entre canciones dedicadas al amor y los sentimientos, como En el cielo de la boca e Imperdible, llegó el momento de una nueva canción de combate, Haciéndonos los muertos, con la que llamó “a vivir la vida aún cuando la situación se ponga jodida” y haciendo que el público nuevamente brincara y cantara a todo pulmón.
“Quiero que nos volvamos a ver”
En la recta final del concierto, como su nombre lo indica, Haz de luz se convirtió en la canción de la noche, al lograr el clímax entre Rayden y su público, que coreó de principio a fin el tema y con la luz de sus teléfonos creó una constelación que dio pie al momento emotivo de la noche, cuando el rapero agradeció entre lágrimas el apoyo y cariño de los asistentes.
Finalmente, el concierto terminó por alternar entre temas de amor como La mujer cactus y el hombre globo, y canciones con más ritmo como Multiverso, donde el músico y sus compañeros organizaron al público para acompañar el coro.
Con Matemática de la carne Rayden cerró con broche de oro su presentación en el Frontón México, llevando de nuevo al público a corear la melodía y terminar con una gran ovación de parte de los asistentes.
Así, con un recinto totalmente entregado al artista, Rayden se despidió de la Ciudad de México, para cerrar, de manera simbólica, dicha etapa y ahora, volver a ser David Martínez Álvarez, el chico que alguna vez soñó que, con sus letras, podría conquistar los escenarios, y lo logró.