Washington. Estados Unidos impuso el martes sanciones a 13 miembros del cártel de Sinaloa y cuatro compañías basadas en Sonora, acusadas de introducir fentanilo y otras drogas a territorio estadunidense.
La acción sigue a una serie de medidas tomadas este año contra miembros del cártel de Sinaloa, repartidores de dinero y esquemas vinculados a los grupos narcotraficantes.
Entre los sancionados está un gerente de las operaciones del cártel en Nogales que supervisó el tráfico de toneladas de drogas, dijeron autoridades, así como sus familiares y socios. También están sancionados un restaurante, compañías de minería y una compañía de importación-exportación.
Las sanciones le prohíben a esas entidades o personas tener vínculos con el sistema bancario estadounidense, trabajar con ciudadanos estadunidenses o tener acceso a sus bienes en Estados Unidos.
El subsecretario del Tesoro para terrorismo e inteligencia financiera, Brian Nelson, declaró que Estados Unidos “combatirá agresivamente contra todos los que sean cómplices o facilitadores de esas redes ilícitas de fentanilo”.
El departamento “continuará usando su autoridad para destapar y aislar a todos los que lucren de las ventas del fentanilo mortal en Estados Unidos”, añadió Nelson.
El fentanilo, un potente opioide, es la droga más mortífera en Estados Unidos hoy en día.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, las muertes por sobredosis se septuplicaron de 2015 a 2021. Más de 100.000 muertes al año han sido vinculadas a sobredosis desde 2020, y aproximadamente dos tercios de esas están vinculadas con el fentanilo.
México y China son las principales fuentes de fentanilo o sus ingredientes, según la agencia antidrogas estadunidense DEA. Casi todos los ingredientes usados para elaborar fentanilo vienen de China. Y las compañías que los fabrican usan direcciones falsas o les cambian las etiquetas a sus productos para evitar la detección.
En octubre, el gobierno estadunidense anunció una serie de cargos judiciales y sanciones contra compañías y ejecutivos chinos a quien acusa de importar los componentes de la droga.
Los republicanos se quejan de que el gobierno demócrata no está haciendo lo suficiente para frenar el tráfico de fentanilo, y el tema probablemente figurará en la campaña presidencial del año entrante.