Ciudad de México. Los mercados financieros pondrán a prueba la continuidad de la oleada alcista predominante la semana pasada, ante el mensaje menos agresivo de los principales bancos centrales del mundo y su combate a la inflación.
En la apertura, el peso mexicano se presiona, luego de haber reportado una semana de ganancias frente al dólar, para operar con una depreciación de 0.52 por ciento, en alrededor de 17.5410 unidades por dólar.
La moneda mexicana reportó una ganancia de 3.58 por ciento la semana pasada, por lo que podría estar presentando una corrección, pues la perspectiva de la moneda nacional es que mantenga cierta fortaleza frente al dólar, pero todo dependerá de las futuras referencias.
El mensaje menos agresivo lanzado por la Reserva Federal y la publicación de una serie de datos macroeconómicos algo más débiles de lo esperado en Estados Unidos han generalizado la idea de que, finalmente, las tasas de interés han tocado techo. Los analistas muestran pocas dudas ya al respecto. Prueba de ello es que los mercados otorgan un 95 por ciento de probabilidad al fin de las subidas de tasas en Estados Unidos. Aunque ya una minoría espera que se dé un incremento adicional, la posibilidad todavía está ahí.
El dólar, por su parte, opera con pocos cambios en el arranque de la semana, al apreciarse 0.01 por ciento, a 104.870 unidades.
Luego de que Wall Street reportara un ganancia de 5.9 por ciento semanal en promedio, impulsado por la caída de los rendimientos de la deuda estadounidense, los principales índices accionarios estadounidenses abren al alza. La rentabilidad exigida a la deuda estadounidense a 10 años descendió desde los máximos de 2007 por encima de la barrera del 5.0 por ciento, hasta el umbral actual del 4.61 por ciento.
El Nasdaq avanza 1.38 por ciento; mientras que el Dow Jones y el S&P 500 suben 0.66 y 0.94 por ciento.
El impacto positivo que podría tener el fin de las subidas de tasas sobre la economía y la demanda de crudo ayudan al rebote en el barril de Brent, al borde de los 85.66 dólares, presionado al alza a su vez por el débil comportamiento del dólar, la divisa que monopoliza el mercado de commodities. El barril tipo West Texas, de referencia en Estados Unidos supera los 81 dólares.