Daca. La policía de Bangladesh dispersó este sábado con gases lacrimógenos a los trabajadores en huelga que exigían mejores salarios, mientras la mayoría de las fábricas que abastecen a los principales grupos textiles mundiales reabrieron.
Unas 600 fábricas de la aglomeración industrial de Daca, la capital, que producen para los principales grupos textiles mundiales, reanudaron su actividad, según la policía, después de haber cerrado durante una semana debido a un movimiento obrero.
Pero varios enfrentamientos estallaron en la ciudad industrial de Ashulia, al oeste de Daca, cuando 10 mil trabajadores intentaron impedir que sus compañeros regresaran a trabajar.
"Lanzaron piedras y ladrillos a los policías y a las fábricas, e intentaron bloquear las carreteras", dijo a la AFP el jefe de policía de Ashulia, Mohammad Sarowar Alam. "Los dispersamos lanzando gases lacrimógenos".
En Ashulia y en la ciudad vecina de Savar se desplegaron mil 500 agentes de policía.
Los trabajadores también regresaron a trabajar en Gazipur, en las afueras de Daca, donde ocurrieron las manifestaciones más violentas.
Entre los cientos de establecimientos cerrados se encontraban "las fábricas más grandes del país, que abastecen a las principales marcas occidentales", afirmó el viernes Kalpona Akter, presidente de la federación de trabajadores industriales y de la industria textil de Bangladesh.
Bangladesh es el segundo mayor exportador de ropa del mundo, por detrás de China, y tiene unas 3 mil 500 fábricas que emplean a cuatro millones de trabajadores, principalmente mujeres.
Los trabajadores exigen casi triplicar el salario mínimo mensual, de 8 mil 300 takas (74 dólares) a 23 mil takas (205 dólares), pero la asociación de fabricantes y exportadores de ropa de Bangladesh propone sólo un aumento del 25 por ciento.