Acapulco, Gro. Elementos del Ejército Mexicano realizan labores de poda de árboles de troncos gruesos.
La mañana del sábado, un grupo de seis elementos castrenses arribaron a una calle de la parte alta de la colonia Costa Azul, para derribar el tronco de un árbol que impide la entrada a una casa.
Durante su estancia, en la que utilizan una motosierra, platican con los vecinos, a quienes detallan la tarea que les fue encomendada, quitar árboles que obstaculizan calles y la entrada a viviendas.
El responsable de la motosierra advierte entre sonrisas a la dueña de la casa, quien agradece el apoyo, "no estamos haciendo jardinería, no podemos hacer un delfín, solo estamos cortando los árboles".
Un vecino aprovecha para mostrar tres cachorros, mezcla de perro pitbull con criollo, para intentar convencer a los militares de adoptarlos.
"Tienen cara de que estos perritos quieren ser militares".
"Yo adoptaba uno si ya hubiera llegado el agua, cuando llegue lo adopto", dice un vecino, a lo que un soldado responde: "ya va llegar jefe", y explica que provienen de la ciudad de México, y que por el momento no pueden adoptar caninos, tal vez cuando se retiren de Acapulco.
"¿Les han tocado cosas complicadas?", les pregunta una vecina.
"Pues nada más el calorcito, cuando nos venimos de la ciudad de México".
Un vecino solo se acerca a escuchar más bromas entre ellos.
La propietaria de la casa les insiste que "muchas gracias por su apoyo".
Uno de los militares les responde que "aquí estamos para servirle a ustedes, a la Nación y al pueblo de Acapulco, porque estuvo intenso el viento".
Cuando concluyen el objetivo, uno de ellos dicen entre bromas a quien parece viene al mando, "ya nada más falta un café", el cual aceptan pero solo después de mucha insistencia, a una vecina que les ofrece, pero está al tiempo, advierte.
Al último, vecinos piden una foto con los soldados para recordar el momento.