Acostumbrados a la eficiencia
de sus tenebrosas campañas mediáticas en contra de quienes osen llevarles la contraria y se nieguen a claudicar ante sus chantajistas embates, los barones de este país se han topado con pared: tras cinco años de promover una catarata de noticias falsas (sin olvidar las distribuidas en los tiempos electorales) para doblegar
al presidente López Obrador, los señorones y sus enormes corporativos no han logrado obtener absolutamente nada.
Ejemplos sobran (Televisa, Walmart, Grupo Modelo, BBVA, Grupo Bailleres, América Móvil, IBM, FEMSA –cómo olvidar a El Diablo Fernández y sus veintitantos mil Oxxo que pagaban migajas por el consumo de energía eléctrica, amén de sus voluminosos pendientes
fiscales–, entre otros ) y el chantaje es el pan de todos los días, especialmente si se trata de pagar impuestos atrasados
, algo no visto en tiempos del régimen neoliberal, e incluso antes de ese apocalíptico (socialmente hablando) periodo, cuando al Servicio de Administración Tributaria (SAT) no se asomaban ni por casualidad.
El caso más reciente, que no el único, es el de Ricardo Salinas Pliego, el empresario de los abonos chiquitos y los intereses de agiotaje, que se niega a pagar alrededor de 25 mil millones de pesos en impuestos y en consecuencia suelta a sus perros mediáticos (desde el virus del comunismo
hasta su más reciente narrativa acapulqueña
) cada que el SAT le recuerda que debe pasar a la caja registradora para que esta tintinee. Ello, sin olvidar que cuando menos tiene a su servicio a un ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Luis María Aguilar Morales, para que archivara
su expediente fiscal y evitara el pago.
En este espacio se ha comentado que Salinas Pliego fue un empresario de medio pelo, vendedor de electrodomésticos, que mágicamente pasó a formar parte de los Forbes mexicanos a raíz de que el gobierno salinista le entregó Imevisión, vía privatización y con la ayuda
del hermano incómodo, y de ahí, brincó a la banca, las concesiones mineras, la telefonía móvil y un largo etcétera. El más reciente reporte de la citada revista (2023) ubica su fortuna en 12 mil 800 millones de dólares.
Desde 2020, la entonces titular del SAT, Raquel Buenrostro (ahora al frente de la Secretaría de Economía) retomó una denuncia sobre el adeudo fiscal de Salinas Pliego y su negativa a pagar. Por aquellas fechas, el barón utilizó Twitter para curarse en salud: mis empresas y yo siempre hemos pagado muchos impuestos; hay diferentes puntos de vista sobre la ley aplicable; por eso acudimos (conforme a derecho) al Poder Judicial, para que aclare y decida lo que se deba pagar, y lo pagaré. El SAT no es la última instancia
. Efectivamente, recurrió al citado ministro de la SCJN para que le hiciera el trabajo sucio, pero el antiético togado fue descubierto y se vio en la penosa necesidad de sacar el expediente del cajón. Ante tal panorama, el de los abonos chiquitos monto en cólera y, una vez más, soltó a sus perros de la caja idiota.
El tema se abordó en la mañanera de ayer y el presidente López Obrador dijo que el caso de Salinas Pliego “no es un asunto personal. Él dice: ‘fue una injusticia’. Ni siquiera fue en el gobierno nuestro, sino es un juicio que viene desde la época de Fox, continuó con Calderón, con Peña, llega el momento en que ya agotan todas las instancias y todos los criterios que se han aplicado van en el sentido de que se tiene que pagar. Nosotros no podemos condonar impuestos, a nadie, porque todo eso es dinero del pueblo, va a la hacienda pública, el presupuesto es dinero público, es dinero de la gente”.
Y esto, dijo el mandatario, “ha generado malestar en Ricardo. No voy a ponerme a pelear con él; yo no me puedo quedar callado, ser omiso, mucho menos cómplice, porque entonces me van a decir otros que antes no pagaban impuestos: ‘¿y por qué a mí sí me cobras o nos estás cobrando y a él no?’ Entonces, por eso el enojo, a eso lo atribuyo. Puedo estar equivocado, pero lo atribuyo a que hay una campaña hablando de la incapacidad del gobierno y abriendo el micrófono para que me mienten la madre los que son entrevistados. Llegaron a inventar fallecidos y gritos de reportajes: ‘esta noche en hechos’, pero no es que les preocupe la situación de los damnificados de Acapulco; tienen problemas con nosotros y ni siquiera Alatorre, es Ricardo Salinas”.
Las rebanadas del pastel
Y el barón hará berrinche, soltará a sus perros y armará campañas mediáticas, pero debe pagar. Así de sencillo.
Twitter: @cafevega