De nueva cuenta Cuba ha obtenido otra contundente victoria diplomática, toda vez que, por abrumadora mayoría, la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) condenó el bloqueo genocida que desde 1960 mantiene el gobierno de Estados Unidos en contra de la isla y ese pronunciamiento ha sido permanente desde 1992, es decir, a lo largo de los últimos 31 años la comunidad de países integrantes de ese organismo multilateral ha reprobado el ilegal proceder de la Casa Blanca.
Ayer, como desde 1992, la votación de la Asamblea General fue contundente: 187 países (98.5 por ciento del total representado) votaron a favor de poner fin, de inmediato y sin condiciones, al bloqueo impuesto a Cuba; sólo Estados Unidos e Israel se pronunciaron en contra y Ucrania se abstuvo. El resultado es incuestionable, pero si la ONU fuera algo más que un florero y la suya dejara de ser una espeluznante maquinaria burocrática en el ámbito de la diplomacia internacional, desde hace 31 años el bloqueo debió levantarse.
Pero como la ONU es lo que es y parece que nadie está dispuesto a que ese organismo cumpla con su obligación (cómo olvidar el caso de Palestina), 31 años después del primer pronunciamiento (1992) el bloqueo lejos siquiera de atemperarse se mantiene incólume, con uno apretón
tras otro a lo largo de los años. El acercamiento
y la buena voluntad
que Barack Obama (que nunca incluyó cancelar el bloqueo) tuvo con la isla fue inmediatamente sepultado por Donald Trump y empujado aún más abajo por Joe Biden, mientras la comunidad de naciones –la misma que ha votado en 31 ocasiones consecutivas a favor del fin del bloqueo– voltea para otra parte, con lo que se falta al respeto a sí misma.
La ONU informó que la Asamblea General una vez más se reunió este año para examinar en su agenda el tema de la necesidad de poner fin al embargo económico, comercial y financiero, impuesto por Estados Unidos contra Cuba. El documento contó este año con dos votos más que en 2022. La resolución A/78/L.5 insta una vez más a los Estados en los que existen y continúan aplicándose leyes y medidas de ese tipo a que, en el plazo más breve posible y de acuerdo con su ordenamiento jurídico, tomen las medidas necesarias para derogarlas o dejarlas sin efecto
. Por su parte, el máximo responsable de la ONU en la isla, Francisco Pichón, comentó: compartimos el criterio de que el bloqueo, las restricciones unilaterales externas, la exclusión de Cuba de mecanismos e instrumentos financieros internacionales, son un gran obstáculo para su desarrollo sostenible
… Pero la comunidad de naciones no va más allá del voto condenatorio.
Como bien lo subraya el ministro de Relaciones Exteriores de la isla, Bruno Rodríguez, el gobierno de Estados Unidos no ha cesado en sus propósitos de privar a nuestro país de los ingresos financieros indispensables, deprimir el nivel de vida de la población, imponer una escasez continua de alimentos, medicinas y otros insumos básicos y provocar el colapso económico. Con saña y precisión quirúrgica, se ataca a los sectores más sensibles de la economía y se busca deliberadamente infligir el mayor daño posible a las familias cubanas. El bloqueo es un acto de guerra económica en tiempos de paz, dirigido a anular la capacidad del gobierno para atender las necesidades de la población
.
Las rebanadas del pastel
Si de cara dura se trata, Ernesto Zedillo se pone de pie y grita ¡presente! Días atrás participó en un foro de la Universidad de Chicago y en él dijo: espero que en 2024 México cuente con un Presidente que “no explote las necesidades creando un discurso demagogo, prometiendo cosas que no serán cumplidas … Me gustaría ver un presidente que no sea elegido mintiendo a la gente”. ¡Zas! Qué falta de memoria: en 1994, su lema de campaña fue bienestar para tu familia
y nada más instalado en Los Pinos incrementó 50 por ciento la tasa del IVA, rescató
a los banqueros (Fobaproa) y a los concesionarios carreteros, congeló salarios, privatizó ferrocarriles, puertos y aeropuertos, y el ahorro de los trabajadores, entre tantas otras cosas; con Salinas de Gortari compartió la paternidad por el error de diciembre
, entregó la factura petrolera al gobierno estadunidense, a los mexicanos recetó una inflación de 222.5 por ciento, una devaluación de 273 por ciento y el crecimiento sostenido de la pobreza. Eso y mucho más. Sin embargo, hay que reconocerle que sí cumplió, y ampliamente, con aquello del bienestar
, pero sólo para la familia oligárquica.
Twitter: @cafevega