Las muchachas que buscan el título de Miss Perú han puesto el ejemplo. Al intervenir en una de las etapas del concurso en que deberían decir sus medidas corporales, varias respondieron con esta numeralia: “ Mi nombre es […] represento a tal departamento y mis medidas son: 2202 casos de feminicidio en los últimos años en mi país”; “mi nombre es […] y represento a Lima y mis medidas son: 82 feminicidios y 156 tentativas en lo que va del año”. “Mi nombre es […] y represento a […] mis medidas son; 81 por ciento de los agresores a niñas menores de cinco años son cercanos a la familia”. Y así sucesivamente. Ejemplar uso de una tribuna caracterizada por ver a la mujer como objeto para denunciar la violencia de género.
Ojalá, no sólo las misses, sino quienes tienen acceso a la tribuna pública en Chihuahua imitaran a estas jóvenes peruanas. Porque la realidad feminicida en los dos municipios más importantes del estado no está para contemplaciones. Basado en datos proporcionados por el Secretariado Ejecutivo de Seguridad Pública, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana acaba de dar a conocer un estudio sobre la violencia contra la mujer en los 50 municipios que considera prioritarios en el país. Los datos son como para llenar de preocupación, indignar y poner a trabajar a las autoridades municipales de Juárez y Chihuahua, a las estatales y a las federales.
El estudio considera, muy pertinentemente, que hay un continuum de crímenes, un proceso de violencia contra las mujeres que culmina en el feminicidio: la violencia familiar, las lesiones dolosas, la violación, los homicidios dolosos de mujeres y los feminicidios.
Para comenzar hay que decir que entre los 15 municipios del país que concentran el mayor número de casos (42.1 por ciento) de violencia contra las mujeres, Juárez figura en primer lugar nacional y Chihuahua el decimotercero.
En cuanto a feminicidios de diciembre de 2018 a agosto de 2023, el municipio de Juárez figura en primer lugar con 84 casos y Chihuahua en decimotercero, con 40. Por lo que se refiere a homicidio doloso de mujeres, entre enero de 2021 y agosto de 2023, Juárez figura en segundo lugar (287), después de Tijuana (315) y Chihuahua en noveno (105). Obviamente, el crimen cobra muchas más vidas de mujeres que un terrible huracán como Otis.
En el delito de violación, de diciembre de 2018 a agosto de 2023, Juárez ocupa el primer lugar nacional (2 mil 325 casos) y Chihuahua el cuarto (mil 207). En el mismo periodo, pero en el crimen de lesiones dolosas, Juárez ocupa el quinto lugar nacional (10 mil 460) y Chihuahua el decimoctavo (5 mil 31).
Finalmente, en lo que se refiere a violencia familiar, Juárez ocupa de nuevo el primer lugar nacional con 31 mil 519 casos denunciados entre diciembre de 2018 y agosto de 2023, y Chihuahua el octavo (15 mil 534).
Estas son las terribles medidas que las concursantes de Miss Perú revelarían si representaran a Juárez o a Chihuahua. De los cinco delitos que conforman el continuum del feminicidio, es decir, el asesinato de una mujer por el sólo hecho de serlo, el municipio de Juárez ocupa el primer lugar en tres de ellos: violencia familiar, violación y feminicidio, mientras el municipio de Chihuahua figura entre los primeros diez lugares en tres de ellos.
La violencia contra las mujeres es uno de los problemas más graves en el país, más todavía en las ciudades de Chihuahua. Pero se ha hecho tan cotidiana que se ha invisibilizado y desaparecido de la conversación pública. Ahora ésta es acaparada por la agenda y los enfrentamientos políticos. La cotidianidad terrible que vive la mitad de la población del país no está siendo tema, ni de debate, ni de programas de gobierno, ni de campañas. En la invasión inmisericorde de nuestras calles y nuestra vista con cientos de espectaculares de personajes políticos, sólo hay rostros felices, solitarios, aislados de cualquier situación social. Rostros de privilegiados. No se miran por ningún lado los rostros golpeados, los cuerpos lacerados, los cadáveres abandonados, las ausencias de cientos de mujeres víctimas de la violencia. Sacar la violencia contra las mujeres de la agenda pública es otra de las nuevas formas de violencia. Necesitamos a las Miss Perú.