Washington. Los alcaldes de Chicago, Denver, Houston, Los Ángeles y Nueva York han pedido una reunión con el presidente Joe Biden a fin de obtener ayuda federal para manejar la oleada de migrantes que, dicen, llegan a sus ciudades con poca o nula coordinación, apoyo o recursos por parte de su gobierno.
En una carta a la que The Associated Press tuvo acceso el miércoles, los cinco alcaldes demócratas señalan que, si bien aprecian la labor que Biden ha realizado hasta el momento, es necesario hacer mucho más para aliviar el problema que agobia a sus ciudades.
Migrantes duermen en salas de recepción de comisarías en Chicago. En Nueva York, una terminal de cruceros fue adaptada como albergue. En Denver, el número de migrantes se ha decuplicado y el espacio disponible para alojarlos ha desaparecido. A falta de permisos de trabajo, estos migrantes no pueden encontrar empleos que les permitan conseguir vivienda.
El alcalde de Denver, Mike Johnston, quien encabeza la coalición, dice que casi todas las conversaciones que ha mantenido con migrantes comienzan con la misma pregunta: ¿puede él ayudarlos a conseguir un empleo?
“La crisis es que tenemos personas aquí desesperadas por conseguir empleo. Y tenemos empleadores desesperados por contratarlas. Y tenemos un gobierno federal que impide a los empleadores contratar a empleados que quieren trabajar”, dijo Johnston.
La carta está firmada también por los alcaldes de las cuatro ciudades más grandes del país: Eric Adams de Nueva York, Karen Bass de Los Ángeles, Brandon Johnson de Chicago y Sylvester Turner de Houston.
La situación en la frontera con México ha sido motivo de dificultades políticas para el presidente demócrata, quien aspira a la reelección en 2024. Cada vez recibe más críticas de miembros de su propio partido que deben ocuparse del aumento en el número de migrantes en sus ciudades. Los republicanos lo acusan de descuidar la seguridad en la frontera y de permitir el ingreso de demasiadas personas a Estados Unidos.
El mandatario ha respondido endureciendo las normas en la frontera diseñadas para frenar los cruces ilegales y ofreciendo permisos de trabajo y otros incentivos a quienes entran legalmente, siempre y cuando hagan una solicitud por anticipado y lleguen por vía aérea.
“Estamos comprometidos a brindar apoyo a las jurisdicciones locales que reciben a los migrantes que han llegado recientemente al país. Vamos a seguir brindando apoyo de todas las formas que podamos”, dijo Emilie Simons, subsecretaria de prensa de la Casa Blanca.
Simons dijo que el gobierno ya está trabajando para reducir a 30 días el tiempo que toma ingresar al sistema a los migrantes recién llegados.
La Casa Blanca dijo que ha establecido una alianza con la ciudad de Nueva York para crear una clínica de permisos de trabajo, a la que hasta 300 migrantes pueden acudir a diario para presentar sus solicitudes de autorizaciones para trabajar.
Es complicado encontrar una sola razón sobre el marcado incremento en la llegada de migrantes a estas ciudades, pero se destacan las adversidades económicas y climáticas en sus países de origen. Cada vez llegan más familias enteras para solicitar asilo.
Algunos estados con tendencias conservadoras han enviado migrantes a las llamadas ciudades santuario como Nueva York o Chicago, donde las leyes son mucho más favorables para los extranjeros. Pero eso por sí solo no explica por qué esas ciudades están enfrentando semejantes aumentos en los arribos.
En años anteriores, los recién venidos quedaban en libertad y eran recogidos por organizaciones sin fines de lucro antes de ir a vivir con familiares que ya se encontraban en el país. Pero en la actualidad está llegando gente de otras nacionalidades, y muchos ya no tienen adónde ir.
La obtención de asilo es un proceso largo y difícil a través de un sistema de cortes migratorias totalmente sobrepasado en su capacidad. En algunos casos los migrantes podrían tener que aguardar hasta una década para una audiencia. Se les permite esperar dentro del país. Algunos son elegibles para trabajar, pero esos permisos tardan demasiado en llegar. También existen temores de que otorgar demasiados permisos de trabajo aliente a más personas a realizar el peligroso viaje a pie hacia Estados Unidos. Así que hay miles de migrantes en el limbo, incapaces de trabajar, durmiendo en alberges o en instalaciones del gobierno.
Biden ha solicitado al Congreso 1.400 millones de dólares para ayudar a los gobiernos locales y estatales a proporcionar albergue y servicios para los migrantes, después de exhortaciones previas por parte de alcaldes y gobernadores demócratas.
Johnston y los demás alcaldes dicen en su misiva que se necesita más dinero, y solicitan 5.000 millones de dólares.
“Si bien apreciamos profundamente la propuesta de fondos federales adicionales, los presupuestos de nuestras ciudades y los contribuyentes locales siguen cargando con el peso de esta crisis federal en curso”, se lee en la carta. “Históricamente, las ciudades han recibido e integrado a nuevos migrantes con éxito”.
Denver gasta 2 millones de dólares semanales en darle albergue a migrantes. Nueva York ha rebasado los 1.700 millones en total y Chicago ha invertido 320 millones, según el documento.
“Nuestras ciudades requieren de recursos adicionales que superan por mucho el monto propuesto a fin de atender adecuadamente a los solicitantes de asilo que ingresan a nuestras comunidades”, dijeron los alcaldes en su misiva. “Depender de presupuestos municipales es insostenible y nos ha obligado a reducir servicios esenciales para la ciudad”.
Los alcaldes también quieren que se expedite el proceso de aprobación de permisos de trabajo para que los migrantes puedan encontrar empleo.
El alcalde Johnson dijo el miércoles a la prensa que Chicago y otras ciudades del país han cargado con la responsabilidad de atender a los migrantes.
“Desde el primer día he dicho que el gobierno federal tiene que hacer más”, subrayó.
Las ciudades están llenas de personas que han presentado solicitudes, pero hay retrasos de hasta seis meses o más. Los alcaldes también desean que se amplíen los permisos para que todo aquel que haya quedado en libertad dentro de Estados Unidos sea elegible para trabajar en lo que aguarda a que se resuelva su caso en las cortes de migración.
Por último, solicitan al gobierno que cree un cargo de coordinación regional de migración que sirva como enlace con el gobierno federal, organizaciones no gubernamentales y funcionarios estatales y locales. El objetivo es una mejor coordinación y llevar a los migrantes a lugares que cuenten con la capacidad para recibirlos.
Se desconoce si el Congreso, incluida la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, aprobará los fondos que ha pedido Biden, por no hablar de aumentar el apoyo a nivel local.
“Pensamos que aquí existe una ruta real de sentido común y por eso pensamos que era importante”, declaró Johnston.