Madrid. La princesa Leonor, que por haber nacido la primogenita del matrimonio de Felipe VI y Letizia, Reyes de España, se convertirá en la futura monarca del país y la primera mujer jefa del Estado en la historia reciente del país, llevó a cabo uno de los actos institucionales más significativos de su vida: juró lealtad a la Constitución española de 1978 ante el Congreso de los Diputados, rodeado del boato habitual en los acontecimientos más solemnes de la nobleza. Con este paso, que se da cuando cumple la mayoría de edad de los 18 años, la heredera al trono garantiza la continuidad del sistema de monarquía parlamentaria en España, un sistema al que se oponen frontalmente una buena parte del país. De hecho, tres partidos políticos de la izquierda nacionalista, l EH-Bildu, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y el Bloque Nacionalista Galego (BNG), además de ausentarse de la ceremonia hicieron público un comunicado en el que repudian tanto el sistema monárquico como la Constitución de 1978 que lo ampara.
La princesa Leonor realizó su juramento de lealtad a la Constitución española, con lo que asume su “sometimiento” a los dictámenes del Congreso de los Diputados y de los valores democráticos que emanan de las instituciones españolas. Al igual que hizo su padre, Felipe VI, en el año 1986, Leonor acudió al Parlamento para asumir ese mandato, y pronunciar así su primer discurso ante la sede de la soberanía nacional como heredera al trono. En sus palabras ante los diputados y los representantes de las principales instituciones del Estado, Leonor les pidió su confianza: “Me debo desde hoy a todos los españoles, a quienes serviré en todo momento con respeto y lealtad. No hay mayor orgullo. Les pido que confíen en mí, como yo tengo puesta toda mi confianza en el futuro de nuestra nación, en el futuro de España”.
Su padre, el rey Felipe VI, también le dedicó unas palabras en un discurso en el que le recordó que “no estarás sola” en su camino rumbo a la jefatura del Estado: El Rey ha seguido: “El juramento de la Constitución de la princesa de Asturias ante las Cortes Generales es la solemne expresión del compromiso de quien encarna la continuidad de nuestra monarquía parlamentaria con nuestros principios democráticos y valores constitucionales... La aceptación del sistema parlamentario, Leonor, supone el reconocimiento de las Cortes Generales como la institución que, con plena legitimidad, representa al pueblo español, en quien reside la soberanía nacional. Un pueblo del que emanan todos los poderes del Estado y que ostenta el poder de decisión sobre todos los asuntos de la vida colectiva de nuestro país. El compromiso con las instituciones significa la plena entrega y dedicación a los intereses generales que representan; al servicio de los ciudadanos como la razón de ser y el fundamento de cualquier responsabilidad constitucional”
El acto institucional también tuvo una réplica del presidente del gobierno en funciones, el socialista Pedro Sánchez, quien se comprometió desde el gobierno a darle la “mayor lealtad”.“Permitanme expresar en nombre del Gobierno de España nuestra más cordial felicitación por el compromiso que acabas de asumir como princesa heredera de la corona de España. Cuenta, alteza, con la lealtad, el respeto y el afecto del Gobierno”, señaló.
A los actos institucionales se ausentaron tres ministros del gobierno, Ione Belarra e Irene Montero, de la formación de izquierdas Podemos y ministras de Asuntos Sociales e Igualdad, respectivamente, y Alberto Garzón, de Izquierda Unida y ministro de Consumo. Además, tres partidos políticos independentistas, republicanos y de izquierdas se unieron en un comunicado en el que rechazaron el sistema hereditario amparado por la monarquía y por la Constitución de 1978. “Queremos trasladar el sentimiento de millones de personas de los Països Catalans, Euskal Herria y Galiza que ni reconocen ni amparan el régimen monárquico español. La monarquía española es heredera de la dictadura y pieza fundamental del régimen que aún supone un cerrojo a las aspiraciones nacionales y sociales de nuestras naciones.
Una monarquía que no representa a la sociedad vasca, catalana ni gallega ni a millones de ciudadanos y ciudadanas del resto de pueblos del Estado español. Hoy, las fuerzas soberanistas e independentistas vascas, gallegas y catalanas no participaremos del enésimo intento de perpetuar una institución arcaica, opaca, que ha amparado sistemáticamente la corrupción y que resulta contraria a los intereses populares como es la monarquía. No participaremos en la jura de la constitución de la princesa Leonor. No participaremos de la legitimación de la Casa Real y sus privilegios, ni de la legitimación de la propia Constitución española que ni reconoce ni respeta los anhelos presentes y futuros de las mayorías sociales de nuestras naciones”.