Arabia Saudita era el único país candidato a la organización de la Copa del Mundo 2034. Con la renuncia de la federación australiana de futbol, el reino ultraconservador, que en los últimos años ha multiplicado sus inversiones en el deporte, perfilaba su confirmación como sede del torneo a finales de 2024, cuando todos sus requisitos técnicos fueran validados.
Aunque existían varios interrogantes, como el impacto ambiental que puede tener la edición de 2030 con partidos en tres continentes, o la compatibilidad del torneo con los compromisos de la FIFA en materia de Derechos Humanos, el presidente Gianni Infantino se anticipó a los tiempos de la presentación de los dosieres completos de candidatura.
Con una publicación en Instagram junto a una foto con la Copa del Mundo, el gran jerarca del futbol mundial confirmó que Arabia Saudita albergará el Mundial de 2034 después de “declaraciones de interés” que ha recibido para la organización de las citas de 2030 y 2034.
Según el procedimiento habitual, los 211 países miembros del organismo elegirían de manera oficial las sedes a finales del próximo año. Pero Infantino, por encima de cualquier protocolo, afirmó que este deporte “une como ningún otro y la Copa es la exhibición perfecta para un mensaje de unidad e inclusión”, por tanto “además de proporcionar una ilustración importante de cómo las diferentes culturas pueden estar juntas” esto puede servir “para entenderse mejor las unas con las otras”.
Arabia Saudita ya había estado interesada en ser sede del Mundial de 2030, en un proyecto conjunto con Grecia y Egipto. Esa candidatura se abandonó en junio y el reino se centró entonces en la cita de 2034.
Por su política de rotación continental, la FIFA había "invitado" a presentar sus candidaturas para 2034 a los países miembros de las confederaciones de Asia y Oceanía.
Indonesia contempló durante un tiempo presentar una candidatura conjunta con Australia o con otros países como Nueva Zelanda, Malasia o Singapur, antes de dar un paso atrás el 19 de octubre.
Por su parte, Australia, que en este 2023 albergó junto a Nueva Zelanda el Mundial femenino, aspiró a ser sede del gran evento masculino en 2018 y 2022.