Morelia, Mich. Hace ocho años Santiago Arriaga, removiendo algunas cosas de su casa, dentro de una caja encontró una obra titulada A cielo abierto, escrita por su padre que databa de los años 90. Al leerla la compartió con su hermana Mariana y le dijo que hiciera lo propio. El contenido del escrito resonó en sus retentivas, lo trasladó a su infancia, a esos largos paseos con su padre por el desierto. Después decidieron tipearlo en la computadora y como los hermanos ya habían formado el tándem creativo entre cortometrajes, decidieron que ese escrito sería su primer largometraje, que, después de pasar por la Mostra de Venecia y el Toronto Film Fest, se estrenó el jueves y cerró la competencia oficial de ficción del Festival Internacional de Cine de Morelia.

Tomando la palabra Mariana mencionó: ese fue el primer guion cinematográfico que él escribió y lo arrumbó, no pasó nada con ese escrito; nosotros descubrimos muchas obsesiones que se repiten a lo largo de su obra y esta no fue la rareza, exceptuando que nosotros nos reconocimos.

Por su parte, Santiago comentó: la primera vez que la leímos nos dimos cuenta de que había un montón de cosas que resonaron en mi cabeza, la historia de familia que ocurre en la década de los 90, en Coahuila y tenía muchas obsesiones que nos las ha contagiado nuestro papá como los viajes en carretera en el norte del país siendo niños.

En efecto la historia de A cielo abierto está protagonizada por los hermanos adolescentes, quienes emprenden un viaje de carretera hasta la frontera entre México y Estados Unidos para localizar al responsable del accidente de coche que causó la muerte de su padre. Acompañados por su bella hermanastra, los tres hermanos se embarcan en un tenso viaje de venganza, crecimiento y trasformación que, en última instancia, les hará aceptar la muerte de su padre. A cielo abierto está protagonizada por Theo Goldin, Máximo Hollander, Federica García y Julio César Cedillo.

Creciendo juntos Mariana y Santiago comparten todo, ellos explican, indistintamente, cómo fue codirigir A cielo abierto: “y hemos hecho tres cortos juntos, sentimos que dirigir puede ser un trabajo muy solitario porque te enfrentas a varios equipos en distintos momentos de la cinta, de producción, después el de la posproducción, luego con el de la distribución, etcétera; entonces tener a alguien con quien compartimos una visión, crecimiento, ética de trabajo… es muy lindo, nos sentimos acompañados. Como que mucha gente lo percibe como un reto adicional; pero para nosotros se nos facilita, no podríamos codirigir con nadie más. Además, facilita el trabajo, porque no imponemos una visión sobre la otra sino que vemos qué es lo mejor para la película”.

Los Arriaga desmenuzan: “todas las cosas y obsesiones que se encuentran en A cielo abierto están ligadas al duelo. Cada uno de los personajes lo experimenta, Paula, la hermanastra, el de no tener una familia consolidada; la madre intentar rehacer su vida tras la muerte del esposo lo mismo que el padrastro; Salvador, quien sufre el accidente con el papá, intentando seguir adelante; el trailero genuinamente arrepentido y Fernando tratando de matar al asesino de su papá; todos estos elementos se juntan en el desierto y en ese contexto ayuda a entender qué es lo que realmente necesitan cada uno; el desierto como ente sanador y la tormenta del cielo abierto que de alguna manera lava esas carencias de los personajes”.

Mariana y Santiago mencionan: después de ocho años desde que encontramos el guion hemos tenido un montón de pláticas para aterrizar cada una de las carencias de los personajes y que se entienda cómo ellos tienen que avanzar por la vida después de sus privaciones y dolores. La película se trata de cómo afrontar el duelo.