Ciudad de México. Anoche en el Palacio de las Bellas Artes se unieron el Colectivo Conga Patria Son Jarocho, de Veracruz,  y la orquesta neoyorkina de jazz afrolatino de Arturo O’Farril, en lo que fue un espléndido y emotivo concierto de fusión entre estas expresiones tonales que como quedó asentado, trascienden fronteras: las terrestres, conceptuales y humanas.

Noche vibrante con público altamente emocionado por una orquesta de 18 profesores más los invitados de la Conga interpretando temas que parten de la tradición jarocha amplificados por la Big Band de O’ Farril, una mezcla sorprendente de la música veracruzana con el jazz de Nueva York.

En el concierto se escucharon sones de Veracruz: La Bamba, El cascabel y Conga Patria, intercalados con temas propios de Arturo O’ Farril como Afro latin jazz suite, Corner of Malecon and bourbon y la monumental Afro cuban jazz suite, de su padre, el genial Chico O’Farrill, obra mastra que le dio una vuelta de tuerca a la historia del jazz y del jazz latino.

Arturo O’Farril y su Afro Latin Jazz Orchestra (ALJO) deleitaron a los presentes con interpretaciones de excelencia y sacaron a flote emociones en el auditorio en una entrega plena de diversas influencias.

 La Afro Latin Jazz Orchestra abunda en virtuosismo de principio a fin. Músicos académicos, entregados y animosos que siguen al pie de la pauta los arreglos del maestro O’ Farril, que obligan el mejor desempeño. El volumen sonoro es total y contundente.

No cabe dudas, esta agrupación por su poder interpretativo, amplio espectro de estilos y esa capacidad para que sus instrumentistas logren protagonizar solos admirables como se observó/escuchó  la noche del jueves.

Por su parte los integrantes del colectivo Conga Patria, es decir: Wendy Cao Romero, jarana, voz y zapateado; Patricio Hidalgo, músico, investigador, y compositor;  Tacho Utrera, músico y laudero; Fernando Guadarrama, versador y jaranero, Kevin Leyva, requinto jarocho, y Jorge Francisco Castillo, jaranero y fundador de los fandangos fronterizos, participan/ se integran con frescura y naturalidadad a las orquestaciones de Arturo quien ha arreglado el ensamblaje correctísimo para hacer crecer la música sonera de los humedales veracruzanos...

El concierto sube de temperatura, hay momentos de verdadero regocijo como cuando el trompetista angelino Steven Loza se integra al discurso de la noche soneando en jazz y en jarocho. O cuando la banda interpreta Variaciones sobre un tema conocido (La cucaracha) que Arturo confiesa haber recreado “en una noche de tequilas.”

Hay espacio para la reflexión y el agradecimiento. Arturo recuerda a su padre como “un gran innovador de la música, un gigante”, su infancia en nuestro país y amigos como Déborah Holtz (responsable de su presencia en México) y el padre de ésta, Ignacio Holtz, a quienes dedica, a piano solo Pura emoción. Tras ese momento de recogimiento viene la bullanga con la conga ¡Despierta patria, despierta! del maestro Patricio Hidalgo. El tema prende y el butaquerío se mueve al compás del uno-dos-tres afrojarocho. Jaranas, tarima, cajón, carcajadas de la cumbancha; saxos guajeando en buen ritmo, trompetas a la libre, trombones en chambola y un piano, el de O’ Farril, que vuela alto…

¿De dónde viene tu encanto? Me viene del corazón.

 No hay que olvidar que todo esto ha sido propiciado por los fandangos en el muro fronterizo. Esa fiesta que se hace entre Tijuana, Baja California y San Diego, California, desde 2008, donde esa pared de cuatro metros refuerza el poder de la música y la danza con su lado mexicano y su lado gringo, donde el son veracruzano se enarbola como una bandera que grita “¡Con el fandango no hay fronteras ni muros!”.

 De esa fiesta, de ese reclamo, es que surge el interés de Arturo O’Farril y la ALJO por interpretar y grabar esas músicas, esas experiencias en dos álbumes en los que participa el Colectivo Conga Patria Son Jarocho, el primero de los cuales, Fandango at the Wall, se grabó principalmente en el muro fronterizo entre México y Estados Unidos y, el segundo, Fandango at the Wall in New York, que ganó el Grammy 2023 al Mejor Álbum de Jazz Latino, en un teatro neoyorquino.

De ese proyecto, del cual escuchamos una parte en Bellas Artes, se originó también un libro y  un documental realizado por la cineasta  Varda Bar-Kar durante el proceso con visitas a la frontera norte y al estado de Veracruz, “donde se encuentran los maestros”, como señala Arturo.

Previo al concierto, Arturo O’Farril nos comentó acerca del interés de fusionar el jazz de la big band con el son jarocho, siguiendo el ejemplo de su padre de hacer música de grandes compositores mexicanos.

“Quisimos reunir estos dos géneros porque ambos tienen los mismos orígenes: es música migratoria y  muy de raíz (…). Me acuerdo cuando de niño escuchaba esas músicas y siempre pensé en combinarlas, porque el arte del son jarocho es el arte de la improvisación y eso mismo es lo que hacemos en el jazz. Para mí esa es la cosa en común entre el jazz y el son jarocho, por eso digo que este es un reencuentro, que las estamos reuniendo nuevamente”.

Arturo O’ Farril con su banda de 18 profesores más los invitados jarochos están viajando a la ciudad de Guanajuato, capital del Festival Internacional Cervantino para presentarse este domingo 29 en la clausura de la llamada Fiesta del Espíritu.

No se lo pierda.