San Ysidro, Cal. En una ceremonia que tuvo como fondo los vehículos cruzando desde México en la garita de San Ysidro, el gobierno de Estados Unidos puso en marcha la Operación Apolo, que coordinada por la oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), unirá los esfuerzos de todas las agencias estatales y federales para contener el ingreso de fentanilo y sus precursores a ese país.
Troy Miller, titular interino de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, explicó que el escenario elegido para lanzar la Operación Apolo fue este cruce fronterizo porque aquí se incauta el 47 por ciento del fentanilo que ingresa por la frontera México-Estados Unidos.
La CBP trabajará con empresas de logística, envíos urgentes, transportistas aéreos, para compartir información -están involucradas las agencias de inteligencia también- sobre mercancías sospechosas y rutas de tránsito que les permitan romper la cadena de suministros. Incluso le pondrán el ojo a moldes y prensas para fabricar pastillas, así como a químicos que sirvan como precursores.
En este plan piloto participan los condados de San Diego, Imperial, Orange, Los Ángeles, Ventura y Riverside, las agencias federales que tienen vínculos con el tráfico de narcóticos y del Departamento de Seguridad Nacional.
“La operación buscará descubrir y comprender mejor las tácticas, técnicas y procedimientos utilizados por las organizaciones criminales trasnacionales para adquirir, producir, almacenar y transportar fentanilo y materiales relacionados”, en el sur de California, según el dosier entregado a la prensa.
Estados Unidos “está plagado” de muertes por sobredosis. De 1999 a la fecha más de un millón de estadunidenses han muerto por sobredosis de droga, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades; en 2021 el 88 por ciento de las muertes por sobredosis estuvieron relacionadas con opioides, incluyendo los sintéticos.
Y el “meollo de la epidemia”, dijeron hoy, es el fentanilo que ha acelerado el uso de drogas sintéticas, opioides y sus análogos, la heroína, xilazina (un sedante que usan los veterinarios y se mezcla con drogas como el fentanilo, aumenta el riesgo de sobre dosis letal) metanfetaminas y otras drogas de diseño.
Mientras tanto en Tijuana, la víspera aparecieron de nueva cuenta mantas firmadas por un grupo delincuencial en la que señalan: “compartimos los ideales de nuestros amigos los chapitos en erradicar totalmente la producción de fentanilo, venta y trasiego al país vecino y al estado de Baja California Norte, el que haga caso omiso a estas órdenes se le cortará la cabeza”.