Bogotá. A pocos días de los comicios regionales para elegir 32 gobernadores y un poco más de mil 100 alcaldes, Colombia vive un clima de expectativa ante los resultados que, según opositores al gobierno de Gustavo Petro, serán una especie de plebiscito sobre la gestión del primer presidente de izquierda en la historia del país.
Contaminados históricamente por prácticas corruptas como la compra de votos y la repartición de puestos públicos, los comicios regionales son el escenario por excelencia de los caciques políticos tradicionales, que invierten formidables sumas de dinero para luego multiplicarlas durante los siguientes cuatro años a través de la contratación pública.
Ni son plebiscito sobre la gestión del presidente Petro ni sus resultados se pueden comparar con los de la elección presidencial de 2022, sino con los de las regionales de hace cuatro años
, advierte el periodista y analista político Mario López, respecto de las elecciones del próximo domingo, en las que también se elegirán los concejos municipales y las asambleas departamentales.
Estimulada por el clima de polarización extrema que vive el país, la violencia ha vuelto a ser protagonista en los meses previos a la jornada electoral, con 436 hechos contra aspirantes y partidos que participan en la contienda, según registros divulgados por la Misión de Observación Electoral (MOE).
Los episodios violentos documentados por la MOE incluyen el asesinato de 41 líderes políticos o sociales, 324 amenazas, 50 atentados y cuatro secuestros, contra candidatos de partidos políticos de diversas tendencias, aunque la mayoría de afectados (55) pertenecen al Pacto Histórico, la coalición de fuerzas progresistas que llevó a la presidencia a Gustavo Petro.
Un mapa de riesgo electoral
publicado por este centro de investigación independiente indica que hay 201 municipios con altos niveles de dificultad para el ejercicio libre del voto, situados en 17 departamentos del país.
En medio de este violento panorama, que no se presentaba desde 2014, se levanta el fantasma de la compra de votos y la repartición de prebendas burocráticas, práctica enquistada desde hace décadas en el comportamiento de millones de ciudadanos para quienes el día de los comicios es sólo un buen momento para atenuar el hambre y llevar a casa un alivio efímero que en nada resuelve su situación.
Empeñado en abolir esta detestable manera de hacer política
, que muchos caciques defienden argumentando que ya es una costumbre practicada por la mayoría de los políticos, el gobierno de Petro anunció ayer que pagará recompensas a los ciudadanos que denuncien a los compradores de votos. He dado autorización para pagar las informaciones efectivas sobre compradores de votos en todo el territorio nacional. Comprar votos es un delito
, escribió el jefe de Estado en su cuenta de X.
Ciudades termómetro
Más allá de los ríos de dinero que correrán el domingo por pequeñas capitales, pueblos y veredas de las zonas rurales, según analistas electorales, el termómetro que medirá la opinión de los ciudadanos sobre el momento que vive el país, estará en las principales capitales, comenzando por Bogotá, donde tiene lugar una reñida disputa por la alcaldía de la ciudad, hoy en manos de una coalición progresista que encabezó Claudia López.
Carlos Fernando Galán, hijo del asesinado líder liberal Luis Carlos Galán, al frente de una suma de partidos y movimientos de la derecha tradicional, parece encabezar las intenciones de voto, de acuerdo con las siempre inciertas encuestas de los días previos a la elección. Le sigue el candidato del Pacto Histórico, Gustavo Bolívar, uno de los más fieles escuderos del presidente Petro, quien ha rechazado apoyos financieros de grandes conglomerados económicos e impulsa el mismo programa de cambios sociales y económicos del primer mandatario. Completa la terna de favoritos al segundo cargo de elección popular más importante del país Juan Daniel Oviedo, un independiente que reivindica su condición de tecnócrata
y que cobró figuración como director del Departamento de Estadística del gobierno de Iván Duque.
Sólo en Bogotá puede haber segunda ronda
Según la ley electoral, Bogotá es la única ciudad del país donde puede haber segunda vuelta, en caso de que ninguno de los aspirantes obtenga más de 40 por ciento de los votos y tome más de 10 puntos de ventaja porcentual a sus adversarios, escenario que la mayoría de analistas ven como el más probable.
Medellín, segunda ciudad en importancia de Colombia, ya tiene prácticamente elegido a Federico Gutiérrez, uribista pura sangre
que enfrentó en la reciente contienda presidencial a Gustavo Petro por el partido Centro Democrático, del ex presidente Álvaro Uribe, lo cual también sucede en Barranquilla, donde Alejandro Char, delfín de un poderoso clan de empresarios y políticos ligados a los partidos de derecha, acaricia desde ya un seguro triunfo en las urnas.
Roberto Ortiz, líder cívico conocido por su actividad en medios de comunicación, y Alejandro Eder, joven empresario, heredero de uno de los conglomerados económicos más poderosos de la ciudad, se disputan en voto-finish la alcaldía de Cali, tercera ciudad del país.
Nos sentimos, como todos los partidos, en algunos lados más fuertes que en otros, pero de lo que sí estamos seguros es de que vamos a ampliar nuestra base política popular, duplicando en concejos y asambleas lo que tenemos hoy día
, expresó David Racero, uno de los mas representativos legisladores de la colación de gobierno.