Acapulco, Gro. Decenas de personas caminaban este miércoles sobre el lodo, entre piedras y árboles caídos en las afueras de Acapulco, horas después de que el huracán Otis golpeara con una fuerza devastadora este turístico puerto del pacífico mexicano.
Otis toco tierra como categoría cinco y rápido fue perdiendo fuerza hasta convertirse en una tormenta tropical, pero dejó graves daños materiales aún no cuantificados, inundaciones y el corte de todas las comunicaciones, lo que hizo recordar el huracán Paulina, que en octubre de 1997 dejó más de 200 muertos.
En una de las entradas a la ciudad, en plena autopista cortada por los deslaves, familias enteras y mujeres cargando niños se quitaban los zapatos para meterse en el lodazal que atravesaban con el barro por encima de la rodilla y miedo en sus rostros. Equipos de emergencias ayudaban en la lenta evacuación.
“Estamos caminando desde las tres de la mañana porque era más peligroso quedarse allí” que pasar por los deslaves, explicó Flor Campos, una trabajadora doméstica originaria de San Luis Acatlán, un pueblo al este de Acapulco, tras horas de caminar “sin agua ni nada”. “Hay niños de 2 y 3 años allá atrás que no tienen agua, no tienen nada”, dijo.
Sin la maquinaria pesada necesaria para retirar los escombros, los trabajadores de la autopista miraban impotentes, advirtiendo a la gente que toda la calzada podía ceder en cualquier momento porque el suelo bajo la autopista estaba totalmente mojado.
Parte de las fachadas de hoteles y edificios destruidos, árboles y postes de luz caídos y vías inundadas fueron algunas de las primeras imágenes que difundieron medios locales y usuarios de las redes sociales.
A media mañana Otis se había debilitado a huracán categoría uno y estaba a unas 160 kilómetros al nor-noroeste de Acapulco, con vientos máximos sostenidos de 130 kilómetros por hora (80 millas por hora) que iban disminuyendo y se movía a 17 kilómetros por hora.
Se esperaba que el centro de la tormenta siguiera desplazándose hacia el interior del sur de México y se disipara el miércoles por la noche.
No obstante, continuarán las fuertes lluvias de entre 10 y 20 centímetros (4 y 8 pulgadas) en el sur de México hasta el jueves, lo que, según las autoridades, podría provocar inundaciones y deslizamientos de tierra.