Ciudad de México. Pese a que América Latina es el mayor exportador de alimentos, el número de personas que sufren inseguridad alimentaria se ha incrementado, estimó el estudio “Perspectivas Agrícolas 2023-2032”, elaborado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
En promedio en toda la región, los organismos pronostican que los hogares gastan alrededor de 16 por ciento del gasto total en alimentos. Esto indica que el ciclo actual de altos precios de los alimentos, combinado con la inflación elevada, y el crecimiento más lento de los ingresos a corto plazo, podrían afectar en gran medida la seguridad alimentaria de cara al próximo decenio.
El comercio internacional seguirá siendo esencial para la seguridad alimentaria de los países importadores de alimentos y los medios de vida de los trabajadores a lo largo de las cadenas de suministro de alimentos en los países exportadores de alimentos. Existe un riesgo creciente de que la variabilidad meteorológica, las enfermedades de los animales y las plantas, el cambio en los precios de los insumos, la evolución macroeconómica y otros aspectos inciertos en materia de políticas públicas provocan desviaciones en los resultados de los mercados respecto de las proyecciones actuales.
La OCDE y la FAO destacaron que los costos persistentemente altos de las dietas saludables y las limitaciones de asequibilidad entre quienes perciben ingresos más bajos, afectan tanto la calidad como la cantidad de ingesta de alimentos, pese al impacto positivo de iniciativas como programas de alimentación escolar, que se estima que beneficiarán hasta 37 por ciento de los miembros más pobres de la población.
Pérdida de alimentos
Otro tema que preocupa cada vez más relacionado con la eficiencia del sistema alimentario mundial son las pérdidas de alimentos a lo largo de la cadena de valor, lo que incluye los alimentos desperdiciados en los hogares y establecimientos de venta al por menor.
En todo el mundo, cerca de 14 por ciento de los alimentos, valorados en 400 mil millones de dólares, se pierden cada año entre la cosecha y el mercado al por menor. Al mismo tiempo, se estima que 17 por ciento adicional de alimentos se desperdicia en los niveles de venta al por menor y el consumo.
Reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos es una palanca importante para mejorar ampliamente los resultados de los sistemas alimentarios, incluidas la mejora de la sostenibilidad y la seguridad alimentarias, así como una eficiencia cada vez mayor.
Durante la presentación del informe de Perspectivas Agrícolas 2023-2032, Hubertus Gay, experto de la división de comercio agroalimentario de la OCDE, afirmó que el cambio en los precios de los productos básicos agrícolas se debió a 25 por ciento de aumento en los precios de los fertilizantes.
Mientras que Sergio René Araujo, economista de la FAO, recalcó que la región se consolida como el mayor exportador de productos agrícolas, en especial productos agrícolas básicos.