Ciudad de México. Por encima de los comicios presidenciales internos, la incertidumbre que más podría tener algún efecto en la economía de México durante el próximo año está marcada por el proceso en Estados Unidos, “no vaya a ser que llega (Donald) Trump”, declaró el subgobernador del Banco de México, Jonathan Heath.
“Yo estoy más preocupado por las elecciones de Estados Unidos ―no vaya a ser que llega Trump― , a lo que pudiera pasar aquí en México. Yo creo que ahí tenemos mayor incertidumbre, por ese lado”, declaró el economista durante un evento de la Escuela de Negocios del Tec de Monterrey.
No obstante, Heath consideró que no ve un “contagio en gran medida de lo político hacia la parte macroeconómica”, dado que ésta se encuentra “lo suficiente saludable”. Destacó que si bien se propone un déficit público de 5.4 por ciento para el próximo año, y esto podría tener un impacto en las presiones inflacionarias, así como en un aumento de la deuda como proporción del producto interno bruto (PIB), no se prevén desequilibrios fiscales.
La actual administración plantea dejar la deuda pública en 48.8 por ciento del PIB. “A pesar de que pudiera ser un estímulo en el corto plazo, tampoco estamos viendo un desequilibrio fiscal importante que debería de crear problemas como los que tuvimos en otras épocas”, zanjó el subgobernador.
De acuerdo con estimados del Banco de México, de la propia Secretaría de Hacienda y Crédito Público, así como de organismos internacionales, la economía mexicana el próximo año debería crecer un poco menos que en 2023, lo que Heath consideró “saludable” para combatir la inflación, que de acuerdo con lo proyectado por el subgobernador del organismo central, se espera pueda llegar a la meta en el primer tramo de 2025.
Heath expuso que si bien la tasa de interés se encuentra en un nivel de 11.25 por ciento, no se descartan alzas. “Necesitamos mantener la postura monetaria actual en pie para que surta efecto la política monetaria, que baje la inflación”, explicó. En cuanto a la postura de la referencia del Banco de México en relación con la de la Reserva Federal hay una brecha de 575 puntos base.
Cambiar paradigmas para analizar el tipo de cambio
Uno de los aspectos que explican la solidez de la economía mexicana es la fortaleza del peso, para analizar por qué se ha fortalecido y qué mueve el tipo de cambio se necesitan usar otros indicadores de los que se suelen ocupar, dado que han habido cambios estructurales y coyunturales en los fundamentos macroeconómicos del país, explicó el subgobernador.
Primero la balanza comercial tiene otra dinámica. Hasta hace ocho años se contaba con superávits petroleros, lo que movía una gran parte de los dólares que entraban o salían del país, ahora el intercambio de México con otras economías en esta materia es predominante deficitario.
También se cuenta con una gran cantidad de dólares que entran por remesas, las cuáles representan 4 por ciento del PIB; y la tenencia de extranjeros en la deuda pública mexicana ha perdido peso, hasta hace una década era de 36 por ciento y ahora es apenas de 14 por ciento, comparó Heath, lo que evidencia que, independientemente del diferencial que tiene a su favor la tasa del Banco de México, en los últimos años ha habido una salida neta de capitales foráneos.
Heath agregó que también la fortaleza del peso se explica porque gran parte de sus movimientos ni siquiera se registran en la balanza de pagos de México. Es una de las divisas de economías emergentes con mayor transaccionalidad a nivel mundial, sólo por debajo de las de China e India, al grado de que 80 por ciento de todos los movimientos que se hacen con la moneda se hacen fuera del país y 75 por ciento ni siquiera involucra a alguna institución financiera mexicana.