Madrid. El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y la coalición de 15 partidos de izquierda, Sumar, sellaron el primer gran acuerdo para la formación del futuro gobierno español, que si logran sacar adelante el resto de negociaciones pendientes y más complejas podrían confirmar la reelección de Pedro Sánchez como presidente del gobierno español.
El acuerdo contempla medidas sociales de calado, como la reducción de la jornada laboral semanal a 37.5 horas, el aumento de las semanas de baja por motivos de paternidad o maternidad, así como la eliminación, por causas climáticas, de todos los vuelos comerciales de menos de dos horas y media que tengan alguna alternativa por tren.
En un acto en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, el presidente del gobierno en funciones, el socialista Pedro Sánchez, y la dirigente de Sumar y también vicepresidente segunda del gobierno en funciones, Yolanda Díaz, presentaron el pacto de gobierno al que llegaron durante la madrugada y que permite vislumbrar más próxima la formación de un nuevo gobierno en el país.
Ambos líderes explicaron en sendos de discurso de media hora cada uno las líneas básicas del plan, sin permitir ninguna pregunta a los medios de comunicación, a pesar de que se trataba de una comparecencia pública ante la prensa para dar a conocer el acuerdo. Pero nada más terminar sus discursos, Sánchez y Díaz se subieron a sus coches oficiales y no hubo oportunidad de preguntas ni de aclarar dudas sobre el pacto.
Sánchez explicó durante la presentación del pacto que es “imprescindible consolidar las reformas para ampliar el Estado de bienestar, ya que aún queda mucho por hacer. Aún quedan injusticias que resolver y cotas de bienestar por conquistar y, por eso lo vamos a hacer aún mejor. Contamos con el proyecto, la ilusión, las ideas y los equipos para avanzar más y más rápido", sentencia, y estamos con ilusión y con las mismas ganas que el primer día”.
El pacto entre el PSOE y Sumar supone el primer peldaño de una futura alianza multipartita todavía por negociar y que tiene aún muchos pasos por delante. Si bien el pacto entre el PSOE, con 121 diputados, y Sumar, con 31, supondrá el principal núcleo del futuro gobierno, si bien todavía tienen por delante unas arduas negociaciones con otros grupos parlamentarios para lograr la mayoría necesaria. Los partidos a los que tendrán que tocar la puerta y negociar son Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y Junts per Catalunya (JxCat), que ambos exigen la aprobación de un ley general de amnistía para todas las personas que participaron en los actos del proceso separatista unilateral de octubre del 2017, un compromiso por escrito de que el futuro gobierno español “trabajará” para que se puede votar de forma legal y consensuada un referendo de autodeterminación y la negociación de la “deuda histórica” del Estado español con Cataluña, que según las fuerzas nacionalistas ascendería a 450 mil millones de euros.
El gran escollo a día de hoy de la negociación es el pacto con JxCat y su máximo líder, el ex presidente catalán Carles Puigdemont, que reside en Bélgica desde octubre del 2017, sobre todo a raíz de que una consulta a sus propias bases sobre la forma de afrontar las negociaciones arrojó un inequívoco resultado de bloquear la investidura de Sánchez. Es decir, votar en contra, tal y como decidió el 74,9 por ciento de los militantes del denominado Consell (Consejo) por la República.
Además estaría pendiente los pactos con los nacionalistas vascos, con EH-Bildu y con el Partido Nacionalista Vasco (PNV), que reclaman a cambio más competencias autonómicas y una serie de reivindicaciones históricas para superar el histórico conflicto en la región, entre ellas el acercamiento definitivo de los presos de la organización armada vasca ETA.
La medida más importante del preacuerdo de gobierno entre el PSOE y Sumar es la reducción de la jornada laboral, que permitirá que los trabajadores perciban el mismo salario con menos horas de trabaja semanal, además del aumento de los permisos por nacimiento de un hijo, que pasará de 16 semanas a 20, además del plan medioambiental, todavía por definir, que eliminará prácticamente todos los vuelos de avión comerciales que duren menos de dos horas y media y que tengan una alternativa en tren.
Es decir, la mayoría de los vuelos nacionales en el país, salvo las ciudades en las que todavía no funciona de forma regular la alta velocidad ferroviaria, como las tres capitales del País Vasco, las principales ciudades gallegas y las dos ciudades del norte de Cataluña cuyo trayecto no supera ese tiempo, es decir Barcelona y Girona.
