El triunfo del candidato a la presidencia Sergio Massa, del oficialista Unión por la Patria (UP), sorprendió a sólo dos meses de las elecciones primarias del pasado 13 de agosto, alcanzando ahora 37 por ciento es decir más de nueve millones de votos en todo el país, a lo que se añade el rotundo triunfo que permitió la relección del gobernador de la provincia de Buenos Aires, el también peronista Axel Kicillof, con más de 46 por ciento y una diferencia de 20 puntos con sus rivales más cercanos.
Se trata de la provincia más grande del país, la más importante electoralmente, así como se registra un avance en todo el territorio nacional, obteniendo en algunas provincias más de 50 por ciento de los votos, incluso donde ganaron gobernadores de Juntos por el Cambio, la mayoría de ellos pertenecientes al centenario partido de la Unión Cívica Radical (UCR), aliado con la derechista Propuesta Republicana (Pro) creada por el ex presidente Maurico Macri (2015-2019).
El oficialismo recuperó provincias y distritos en todo el país y especialmente en la provincia de Buenos Aires, imponiendo un nuevo mapa esperanzador pero con dificultades extremas, como se advierte en estas horas. El peronismo entiende que es muy difícil el camino a recorrer, pero ha recuperado más de tres millones de votos con lo cual va a una segunda vuelta con el candidato de La Libertad Avanza (LLA), que encabeza el libertario Javier Milei, que no logró superar la cifras de 29.90 por ciento lograda en las primarias, cuando en realidad encabezó el virtual empate donde superaba en un punto a la derechista Coalición Juntos por el Cambio (JC), cuya candidata a la presidencia era Patricia Bullrich, y con dos puntos al oficialista Juntos por la Patria.
La aparición en escena de Milei en las primarias fue suficiente para que la prensa local y extranjera, que depende abiertamente del poder hegemónico mundial, convirtiera a un personaje payasesco como la “figura” política más importante del país, que había “arrasado” en las internas. En realidad es lo que hay detrás de Milei lo que preocupa.
Dentro de cuatro semanas el oficialismo disputará la segunda vuelta con LLA, que ni siquiera logró conformar un partido político lo que significa que lo que propone Milei-quien se reconoce como un “libertario anarquista” cuando no es ni lo uno ni lo otro, para un probable gabinete, es un entramado de personas, personalidades e incluso de quienes pagaron altas sumas de dinero para aparecer en las listas “libertarias” y ocupar un cargo, sin pasar ni siquiera por alguna experiencia política.
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