El gobierno federal ordenó restringir “temporalmente” la importación de ceras, turbosina, aceites y otra serie de aditivos y combustibles “con el objeto de combatir el mercado ilícito de combustibles y el contrabando”. Los interesados en importar cualquiera de las mercancías, listadas por la Secretaría de Energía (Sener) en un decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF), deben tener un permiso de la dependencia, así como acreditar que el volumen y destino de los insumos ingresado al país tienen un destino legal.
La medida que entra en vigor este 24 de octubre contempla que habrán “aduanas específicas” por las que podrán entrar las mercancías listadas por la Sener; y, a la vez, todas las áreas de gobierno que tengan alguna esfera de acción, deben intensificar la inspección y verificación de las instalaciones de trasvase, terminales intermodales, de almacenamiento, o cualquier medio de transporte para aceites y combustibles.
Se pondrán más frenos a la importación para cortar el mercado ilícito de combustibles, pero el abasto en el territorio nacional de combustibles, aceites, aditivos y otras mercancías listadas por la Sener “será garantizado por el Ejecutivo Federal, por medio del sector centralizado, paraestatal e inclusive de las Empresas Productivas del Estado, quienes deben coordinarse para combatir la problemática de interés nacional antes señalada, y realizar las acciones oportunas para lograrlo”, acota el decreto.
El gobierno federal enfatizó que la medida tiene el objetivo de cerrar la llave a un mercado ilegal de combustibles que durante 2021 ascendió a 47 millones de barriles, con una pérdida para el fisco federal por 64 mil millones de pesos. Agregó que, de acuerdo con análisis de empresas privadas especializadas en el análisis de petrolíferos, hasta un 80 por ciento de las gasolinas analizadas en el país son adulteradas.
Agregó que revisiones extraordinarias en algunas aduanas revelaron que sólo el 25 por ciento correspondían a gasolina y diésel en regla, el 75 por ciento eran mercancías cuyo volumen de importación registrado no tiene justificación.
El delito consiste en la introducción al país de mercancías que se declaran con una fracción arancelaria que no corresponde y al ingreso de insumos que no cuentan con permisos expedidos por autoridad competente, y omiten el pago de impuestos. Esto a la vez deriva en otras faltas como falsificación de facturas, de pedimentos, de cartas porte, de certificados de origen, de certificados de calidad, robo de combustibles y evasión fiscal.
“Una vez que se importa una mercancía de menor costo en relación con un petrolífero terminado (gasolina o diésel que sí cumplen con la normativa) se procede a su mezclado” en diversas instalaciones, “con lo cual alteran o adulteran la composición de los petrolíferos e hidrocarburos respecto de su especificación autorizada, para obtener con su venta (...) mayores ganancias o beneficios económicos, en detrimento de quienes llevan a cabo actividades lícitas, de los consumidores y de la Hacienda Pública”, enfatizó.