Palenque, Chiapas. A través de la declaratoria de Palenque, once países de la región encabezados por México acordaron un paquete de 13 acciones conjuntas para enfrentar los crecientes flujos migratorios y convocaron a los países de acogida a abandonar las políticas coercitivas y alentar medidas para atender las causas estructurales de la migración.
Los gobiernos de once naciones de América Latina y el Caribe convocaron a trabajar unidos en la región para atender los cada vez mayores flujos migratorios. Llamaron los países de destino para adoptar “políticas y prácticas migratorias acordes con la realidad actual de la región y abandonen aquellas inconsistentes y selectivas para evitar producir arbitrariamente tanto efectos llamada como disuasivos, tales como la regularización de ciertas nacionalidades”.
A la vez, llamaron a Estados Unidos a levantar “las medidas unilaterales impuestas” a naciones del hemisferio, en tanto que “son contrarias al derecho internacional y que tienen graves repercusiones más allá de los países objetivo”.
A la par, dieron su respaldo a Cuba y exhortaron a lo gobiernos de la isla y a Washington a “sostener en el menor tiempo posible un diálogo integral sobre sus relaciones bilaterales”.
Al cerrar los trabajos del Encuentro de Palenque, convocado por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador para que entre las misiones de los países invitados afectados de una u otra forma por el fenómeno migratorio dialogarán en torno a esa crisis humanitaria, pues de acuerdo a cálculos de la propia Casa Blanca hay 20 millones de personas en tránsito irregular por las Américas.
En los trabajos, que fueron encabezados por el mandatario mexicano, se llegó a 13 acuerdos y una cláusula adicional que es la referente a la relación Cuba-Estados Unidos. Participaron sus homólogos de Honduras, Xiomara Castro; de Colombia, Gustavo Petro; de Cuba, Miguel Díaz-Canel; y de Venezuela, Nicolás Maduro; así como el primero ministro de Haití, Ariel Henry.
Al dar a conocer los acuerdos, en un mensaje a medios, la titular de la Secretaría de Relaciones de México, Alicia Bárcena, enumeró los 13 puntos.
Uno de los principales es que se haga un lado a las naciones de destino para adoptar “políticas y prácticas migratorias acordes con la realidad actual de la región y abandonen aquellas inconsistentes y selectivas para evitar producir arbitrariamente tanto efectos llamada como disuasivos, tales como la regularización de ciertas nacionalidades”.
Asimismo, acordaron exhortar a los países de origen tránsito y destino a emprender políticas migratorias integrales, “que respeten el derecho humano a migrar, resguardando la vida y la dignidad de las personas migrantes y sus familiares, incluyendo la promoción de opciones de regularización permanente, que permitan potenciar las contribuciones de las diásporas en sus comunidades de origen y destino”.
Un punto más es que se solicitará a los países de destino la ampliación de las vías regulares, ordenadas y seguras de migración, con especial énfasis en la movilidad laboral y promover la reintegración y retorno de los trabajadores temporales.
Además, instaron a “un diálogo integral sobre las relaciones bilaterales de los países de origen, tránsito, destino y retorno; entre otros acuerdos .