De enero a agosto de este año, la Unidad de Política Migratoria registró 402 mil migrantes en situación irregular en diferentes regiones del país. De las capturas, 70 por ciento se hicieron en tres estados del sur: Chiapas (32 por ciento), Tabasco (27 por ciento) y Veracruz (10 por ciento). Podríamos confirmar que el principal esfuerzo de contención se da en la región fronteriza y Veracruz.
En la frontera norte, las detenciones suman en total 15 por ciento, en Baja California Norte, Coahuila, Sonora y Chihuahua. El resto, otro 15 por ciento, en las demás entidades de lo que se ha llamado la frontera vertical. Si dividimos los meses de enero a agosto (ocho), se puede decir que la capacidad operativa del Inami permite procesar a unos 50 mil extranjeros irregulares al mes.
A su vez, la patrulla fronteriza logra capturar y/o procesar a unos 130 mil al mes y a unos 60 mil mexicanos en la misma condición (2022). En otras palabras, logran pasar 2.5 veces más de los que México pudo detener, pero en realidad, sólo pudo “devolver” –o deportar– a unos 3 mil al mes. Los demás esperan en el tapón de Tapachula o en otros lugares para finalmente dirigirse a Estados Unidos o quedarse en México a solicitar refugio, algún tipo de visa o permiso de salida.
Para México, los deportables en ese lapso fueron los centroamericanos, unos 33 mil (86.8 por ciento) y los ecuatorianos, unos 4 mil (9 por ciento). Los demás, como se dijo, se van a Estados Unidos o se quedan en México. A esto hay que sumar los 30 mil extranjeros que, por convenio con Estados Unidos, nos deportan al mes y que provienen de Cuba, Nicaragua, Venezuela y Haití.
Ahora los migrantes indocumentados llegan por la frontera sur, y por la norte, de rebote. Aunque, ¿son realmente irregulares? En realidad, han reingresado de manera legal, de acuerdo con un convenio bilateral. Están en el limbo, a miles de kilómetros de sus países; no pueden permanecer en Estados Unidos y no quieren quedarse en México. Ahora, ellos mismos piden que los deporten.
La procedencia regional de los 402 mil extranjeros registrados en situación irregular denota un cambio muy relevante. En primer lugar, figura Sudamérica, con 176 mil, que supera a las regiones centroamericana y caribeña juntas (140 mil y 30 mil, respectivamente); en tanto, de África se reportan 28 mil y de Asia 26 mil.
De Sudamérica, el foco rojo se concentra en Venezuela, con 110 mil viajeros irregulares en este periodo, seguido de Ecuador con 37 mil; Colombia, con 13 mil, y Brasil, con 8 mil. El caso de Venezuela se complica porque en la ruta y en el país debe haber otros 100 mil, que ya no podrán pasar a Estados Unidos, situación realmente grave. En 2022 se deportó a 126 venezolanos desde Tapachula a su país, pero no hay más información.
En el caso de Centroamérica, Honduras sigue siendo el principal expulsor poblacional y quizá de los que están en situación más vulnerable (70 mil), seguido de Guatemala, con 48 mil, y El Salvador con 12 mil. Es importante notar que los procesos migratorios pueden ser reversibles. El Salvador fue un caso muy relevante en el siglo XX, pero ahora los flujos son mucho menores y destaca la reunificación familiar.
En el Caribe, el foco rojo está en Haití con 17 mil expulsados, lo que indica que persisten los flujos desde Sudamérica y esa isla. Cuba sigue expulsando personas (8 mil), pero tiene más recursos económicos y legales que los haitianos. A su vez, el flujo de dominicanos por la ruta de Panamá a México sigue presente (4 mil).
Si comparamos el Caribe con Asia y África, los números totales son bastante mayores para el segundo, lo que debería ser un llamado de atención. Los flujos que provienen de China e India, con 7 mil y 6 mil viajeros irregulares, respectivamente, son los más importantes. Ambos países son los más poblados del mundo, con una añeja tradición migratoria y presencia muy relevante en Estados Unidos, por lo que la ruta de Centroamérica a México es, y será, una opción para la llegada irregular. No obstante, son más de 30 países de Asia, los que mensualmente se reportan con personas en situación irregular.
De África, destaca Senegal, con 6 mil; Mauritania, con 5 mil, y Angola, con 3 mil en el periodo señalado de ocho meses; no obstante, son más de 30 los países con presencia recurrente. De manera mensual se registra a cientos de extranjeros irregulares de estos tres países; en promedio mensual, unos 800 de Senegal, 500 de Mauritania y 400 de Angola. Son rutas totalmente consolidadas, numerosas y recurrentes. ¿Dónde están ellos ahora, tres meses después de que fueran registrados como número estadístico?
Se sabe que el comisionado del Inami deportó a varios cientos de migrantes de India, cuando cacareó, el 22 de octubre de 2019, que iba a deportar a todos los extranjeros irregulares, “así sean de Marte”, pero no ha vuelto a abrir el pico.
Se trata de un panorama complejo, acuciante para miles de personas atrapadas frente al muro fronterizo y al muro de silencio sobre los acuerdos con Estados Unidos. Hay que atender las causas, pero también la coyuntura.