Ciudad de México. En América Latina y el Caribe se requiere formar a 3.2 millones de docentes para alcanzar los objetivos en educación de la Agenda 2030, a fin de garantizar una educación inclusiva para todos y promover oportunidades de aprendizaje de calidad y equitativas, alerta la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
En el informe Formadores de docentes en seis países de América Latina. Instituciones, prácticas y visiones, destaca que en la región existe un “verdadero desafío dado los problemas de atraer nuevos candidatos a la profesión”, por lo que considera que la formación inicial juega un papel clave.
En el estudio, en el que participó México, destaca que una “formación de calidad, duradera, pertinente y práctica es capaz de dar al docente las herramientas para enfrentar los desafíos del aula y las bases para su continuo desarrollo profesional”.
Entre los principales hallazgos del sondeo, en el que participaron 740 formadores de docentes de Brasil, Chile, Colombia, Guatemala, México y Perú, destaca que en materia de políticas públicas es importante que los procesos de acreditación de instituciones de formación inicial de docentes, en el caso de México, las escuelas normales, “otorguen especial importancia a la calidad de la formación, la experiencia docente y la experiencia de investigación de los formadores”.
La Unesco subraya que la calidad de la formación inicial es definida, de manera decisiva, por la calidad de los formadores, por lo que los instrumentos de la política “debieran relevar esto como algo central y aplicarse en forma coherente para atraer y desarrollar una base académica y profesional a la altura del desafío estratégico” que enfrenta la región.
En cuanto a la falta de docentes, principalmente para la educación básica, el organismo de Naciones Unidas reconoce que datos mundiales revelan que en muchos países, la docencia “ha dejado de ser una profesión atractiva para las generaciones más jóvenes y para muchos docentes actualmente en activo”.
Advierte que pese a haberse volcado en el ejercicio con vocación, “numerosos docentes abandonan la profesión por el deterioro de las condiciones laborales y las crecientes exigencias que les imponen la administración escolar, las familias y los propios estudiantes”.
Este contexto global, enfatiza la Unesco, impone acciones urgentes a las naciones miembro para afrontar la creciente escasez de educadores en todo el mundo, pues recordó que en la era de las sociedades del conocimiento y la cuarta revolución industrial, la tecnología y la inteligencia artificial los docentes “siguen siendo el centro neurálgico de los procesos de educación y aprendizaje, los expertos que pueden ayudar a todos a manejarse con un volumen cada vez más masivo de información, datos y conocimientos no verificados para darles sentido”.