La víctima de un delito se enfrenta a un calvario para presentar una denuncia. No sólo es el miedo, sino ver en qué agencia del Ministerio Público hacerla y el mal trato que muchas veces ahí reciben de los servidores, quienes te aconsejan que si no es grave no la hagas para evitarte problemas y pérdida de tiempo, dinero y esfuerzos, relataron entrevistados.

De proceder, señalaron, debes esperar hasta más de ocho horas, mucho más de los 15 minutos a los que se comprometió la Fiscalía General de Justicia para hacerlo, y cuando logras tener en tus manos la denuncia viene otro tiempo de espera para ratificarla.

La mayoría aguanta cuando la necesita para reclamar un seguro en caso de un accidente, robo o cuando es un delito grave como violación, acoso o abuso sexual o violencia familiar para que los involucrados no queden impunes.

Agregaron que las “mordidas continúan, ya que es la mejor salida para no pasarte la mayor parte de un día en el Ministerio Público cuando ya lograste que te atendieran, porque la consigna del personal es que si los puedes batear, batéalos, y muchas veces lo logran”.

Al respecto, trabajadores reconocieron que la enorme carga de trabajo, las presiones internas de los agentes ministeriales y hasta la falta de empatía deriva en un maltrato hacia el ciudadano, quien aguanta para presentar su denuncia en casos graves o para cobrar un seguro.

Comentaron que en casos leves o de baja cuantía la gente desiste, porque al maltrato que reciben la mayoría de las veces se suman las horas de pérdida, los permisos en el trabajo con el consecuente descuento y estar en lugares no adecuados.

La mejora en las agencias ministeriales, indicaron, “va muy lenta y se ha apostado por adecuar espacios, como la Unidad de Investigación de Delitos Sexuales cometidos en agravio de Estudiantes de Educación Media Superior y Superior.

Un camino muy duro

Con su operación se busca combatir la violencia de género y evitar que continuaran las manifestaciones, marchas y cierres de planteles, lo cual, dijeron, es muy bueno, pero no ha sido igual para quienes demandan justicia por la comisión de otros delitos.

Daniela, una de las entrevistadas, denunció que el camino seguido para lograr justicia para ella, su hija y sus padres como víctimas de violencia familiar, ha sido muy duro, desde iniciar la carpeta de investigación en la fiscalía y luego su judicialización.

A más de tres años de distancia de denunciar su caso ha logrado que su ex pareja acumule una sentencia de 45.5 años de prisión por el delito de violencia familiar, luego de que la séptima sala del Poder Judicial de la Ciudad de México resolvió la primera apelación.

La resolución es respecto a la sentencia emitida el 20 de abril del año pasado, que le fijaba nueve años tres meses de prisión y se modificó a 15 años y seis meses de prisión, con lo que acumula una condena de casi medio siglo con las cuatro sentencias que le han dictado.

Sin embargo, afirmó que han pasado más de tres años de buscar justicia, de tocar puertas, de enfrentar el miedo a sufrir represalias y que la autoridad judicial te escuche y valore las pruebas presentadas por la fiscalía capitalina, dejando de lado muchas cosas, lo cual hace que en otros casos la gente desista.