Ciudad de México. Tuvieron que pasar dos décadas de espera para ver y escuchar en suelo mexicano a la Orquesta Aragón, una de las agrupaciones íconos de la música cubana que con 84 años de historia musical y una renovada nómina de ejecutantes ha llegado para integrarse a las acitividades culturales del Festival Internacional Cervantino y que hoy, como una extención e estas, se presenta en el mítico Salón Los Ángeles en lo que será una gran fiesta de reencuentro con los grandes y buenos danzoneros que martes a martes acuden al recinto de la Colonia Guerrero.
Nombrada “Patrimonio de la Humanidad”, por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), la Aragón es una orquesta sobreviviente de las llamadas cherangas francesas que en los años veinte se hicieron muy populares en toda Cuba. Fundada en 1939 en la sureña ciudad de Cien Fuegos por el violinista Orestes Aragón Cantero, su historia comienza en un periodo de plenitud del son y la quaracha. Su estilo. aun no definido, era una mezcla de todo lo que se oía por aquella época. Pensando en una cambio, el maestro Orestes Aragón se dió a la tarea de reclutar músicos que reforzaran, dieran calidad y aportaran ideas nuevas a su agrupación. Entre etos, aparecen el flautista compositor y orquestador Richard Egues, el jovencísimo violinista Rafael Lay y un par de cantantes inmejorables: José Antonio Olmos y Rafael Bacallao. Elementos que le confieren un estilo singular y una expresión muy concreta y depurada a la agrupación.
Corria 1940, Rafael Lay contaba apenas con 13 años de edad. Era el más joven de todos pero poseía un gran talento musical por lo que pronto pasó a ocupar el puesto de primer violin y más tarde, cuando Orestes se retiró por enfermedad (1948) se hizo cargo de la dirección. Ahí es donde comienza la historia de La Aragón.
Con aquel adolescente como director la orquesta empieza a sobresalir más allá de la frontera cienfueguera. Con un archivo integrado en su mayoría por cha cha chás, provenientede la cantera de Enrique Jorrín, la orquesta cienfueguera inicia una aventura que le lleva a pelear los sitios más importantes de supremacia musical en la isla reconociéndosele caracter tonal y un estilo definido vigorizado por un repertorio de indudable cubanidad
A principio de los cincuenta arriban por primera vez a La Habana. Su peculiar forma de tocar llama la atención por ese estilo “tan único”, algo "rumboso", con un "sabor a provincia" que les procura un contrato en la emisora Radio Progreso y posteriormente grabar sus primeros titulos para la RCA Victor: El agua de clavelitos. Mentiras criollas, Tros lindas cubanas y Mambo. mambo.
Ganan con rapidez el reconocimiento del publico nacional y vienen nuevos acetatos con temasque toda cuba canta y baila: Los tamalitos de Olga, Cero codazos. cero cabezasos y Pare cochero. Canciones recurrentes que van “de San Antonio a Maisí” en visperas del triunfo revolucionario.
Cuando Fidel y sus barbudos entran a La Habana la Orquesta Aragón se encarga de ponerle música de fondo a todas las actividades públicas del Partido. Amenizan programas de radio. participan en televisión, en fiestas bailables y su popularidad sube como la espuma. El pueblo canta cada tema como si de pequeños himnos se tratara y entre esa bataola de compromisos llegan, comenzado los sesenta, al espectáculo Music Hall de Cuba con el que recorren algunos paises del bloque socialista destacando las actuaciones en la Sala Tchaikouski de Moscú. Viajan al viejo continente para triunfar en el mititico Teatro Olympia de Paris.
La década de los setentas la reciben en Japón haciendo grabaciones discográficas y de videos. trabajando en actividades de promoción cultural como el de la Expo 70 de Osaka. y recorriendo el interior del oriental pais por alrededor de 20 ciudades a teatro lleno que al término les merece el reconocimiento gubernamental y encendidas criticas a favor.
En los años siguientes. los rumbos del cha cha chá lucen firmes con la Orquesta Aragón como segunda fuerza musical. después de Jorrin. En esos tiempos, temas como Los tamalitos de Olga. El jardinero de amor, Seño juez, Sabrosona y El bodeguero se escuchan en versiones salseras de Larry Harlow, johnny Pacheco, Ray Barreto y Oscar D' León, lo que les crea una especie de aureola, de mito viviente que le acarrea más y más adeptos.
La Aragón continúa un periodo de creatividad y trabajo ascendente. Tras el fallecimiento de su director Rafael Lay el 13 de agosto de 1982 la orquesta en pleno decide que Richard Egües ocupe la dirección. La permanencia de Egües es breve. En 1984 deja la a la dirección en manos de Rafael Lay hijo, mismo que ahora tiene como obligación continuar con la leyenda. La leyenda de la Charanga Eterna.