Pachuca, Hgo. Ante su negativa por dar una disculpa por la golpiza perpetrada por porros a estudiantes el pasado 19 de septiembre y de mantener como presidente del Consejo Estudiantil a Esteban Rodríguez, señalado de golpeador, Octavio Castillo Acosta rector de la Universidad Autónoma del estado de Hidalgo (UAEH) huyó corriendo a lo largo de varias cuadras del Centro Histórico de Pachuca con las manos en alto perseguido junto con algunos de sus asistentes por alumnos del Instituto de Artes (IDA) y otras facultades con los que minutos antes había dialogado por espacio de una hora en las afueras de la vieja ex rectoría ubicada en la calle de Abasolo.

En medio de insultos y expresiones en los que fue calificado como "porro" y "represor", acompañado de individuos vestidos de traje, Octavio Castillo no pudo abordar su auto que estaba estacionado frente a la ex rectoría y tras echarse a correr rodeado y persiguido por estudiantes del IDA ,logró llegar a Plaza Independencia, junto al Reloj Monumental donde desesperado, se metió a un taxi en el que logró huir.

Todo comenzó el mediodía de este lunes cuando de forma sorpresiva, estudiantes del IDA con pancartas se presentaron en las inmediaciones de la vieja ex rectoría de la calle de Abasolo. Tras manifestarse se introdujeron de forma pacífica para dialogar con el rector, sobre dos asuntos en particular.

El primero era volver a exigirle, como ocurrió el pasado 4 de octubre que pidiera una disculpa pública por el desalojo violento del inmueble ocurrido el 19 de septiembre a manos de porros y el que destituya a Esteban Rodríguez Dávila como presidente del Consejo Estudiantil toda vez que su cargo expiró hace dos años; a que fue grabado al momento en que agredió a sus compañeros junto con los porros y a que según los estudiantes, recibe un sueldo y ayudas económicas injustificadas por parte de la Universidad.

Castillo Acosta junto con sus colaboradores escapó del inmueble por una puerta lateral pero al momento de llegar a su auto fue retenido por estudiantes, quienes comenzaron a cuestionarlo.

En el lugar junto con el rector se encontraba un individuo que fue identificado por una de las estudiantes como uno de los agresores del 19 de septiembre y le exigieron tanto a él como al rector lo identificara y esclareciera si trabajaba en la UAEH.

Pero tanto el rector como el individuo guardaron silencio.

Lo que detonó la molestia de los estudiantes fue la respuesta del rector, de que "en tanto no haya un resultado en los procesos legales, y no se deslinden ninguna de las responsabilidades no puede haber disculpa" en referencia a las denuncias interpuestas por la UAEH ante la Procuraduría General de Justicia de Hidalgo (PGJH) contra los jóvenes por supuestos daños a la vieja ex rectoría.

Tras la huida de Octavio Castillo, los jóvenes regresaron a la ex rectoría donde se presentó Elsa Ángeles, defensora universitaria a la que desconocieron y rechazaron hablar con ella bajo el argumento de estar coludida con Gerardo Sosa Castelán, líder del grupo Universidad quien mantiene el control de la UAEH desde 1985.

De acuerdo a los alumnos, por la mañana se celebró una asamblea del Consejo Estudiantil Universitario en la que exigieron la renuncia de Esteban Rodríguez.

Pero los organizadores le dieron la voz a Esteban, quien arremetió contra los estudiantes del IDA a quienes acusó de violentos y propuso que él dejaba la presidencia del consejo a cambio de que los voceros del IDA fueran dados de baja.

Por ello los estudiantes acudieron e ingresaron al edificio de Abasolo.

Relataron que para evitar que Castillo se retirada del lugar se interpusieron frente a una camioneta en la que iba a bordo para obligarlo a bajarse y dialogar.

Señalaron al conductor del vehículo de haberles aventado la unidad.

Durante la reunión, tanto los estudiantes como el rector aceptaron solicitar al gobernador Julio Menchaca ser intermediador en el conflicto que inició el pasado 28 de agosto con la imposición de María Teresa Paulín como directora.

Hasta el cierre de edición no ha habido ninguna respuesta del despacho del mandatario para aceptar ser intermediario.