En el plano administrativo, México está a dos años y siete meses de celebrar la Copa del Mundo en condición de anfitrión junto a Estados Unidos y Canadá. Si se agrega como parámetro su nivel futbolístico, la distancia por el contrario resulta más lejana Hay imágenes que pueden resumir el momento por el que atraviesa el equipo de Jaime Lozano. Una de ellas es la de Hirving Lozano, eufórico y con un gesto de alivio tras anotar el gol que abrió el partido ante Ghana (2-0) en el estadio Bank of America, en Charlotte.
En una noche que multiplicaba interrogantes sobre el nivel de juego del Tricolor, el Chucky Lozano apareció con el mismo oportunis-mo que en sus mejores momentos con el PSV. Como un cohete despegó desde la banda izquierda, retrocedió en diagonal al notar que los defensas eran más lentos y, perfilado de derecha, remató raso a contrapié del portero Lawrence Ati-Zigi para ser la medicina perfecta de un combinado que estuvo cer-ca de su primer incendio (56).
Después de una primera parte oscura donde sólo hubo un remate al arco, el 1-0 de Lozano transformó el tobogán de altos y bajos en el que estaban atrapados sus compañeros, en una fuente de inspiración para los elementos de banca. Dominados por una sólida zaga africana que ganaba metros sin la pelota, los titulares Raúl Jiménez y Orbelín Pineda dejaron su lu-gar y observaron desde afuera cómo en cuestión de minutos Uriel Antuna y César Huerta dieron cátedra al contraataque.
Tan veloz como en sus pasados partidos en Pumas, el Chino Huer-ta dejó atrás a un puñado de ghaneses desde la mitad de la cancha y, tras observar de reojo la diagonal de Antuna, lo habilitó con un pase medido para que el atacante de Cruz Azul sentenciara la victoria con un remate de zurda (71). Aquel destello de buen futbol, liderado por una de las figuras que encabeza la nueva generación de seleccionados, corrigió en apariencia los problemas que sigue teniendo el Tricolor para crecer como equipo.
En tres pruebas posteriores a la final de la Copa Oro, Lozano consiguió así su primer resultado positivo al frente del representativo. Registraba dos empates ante Australia (2-2) y Uzbekistán (3-3).
Locomotora europea
En su visita al estadio Rentschler de Connecticut, Alemania volvió a ser una locomotora. Perdía desde los 27 minutos luego de un gol al ángulo de Christian Pulisic, pero su reacción fue tan agresiva que Estados Unidos quedó reducido a la mínima expresión en un lapso de 20 minutos hasta caer 3-1 con una contundente voltereta.
Ílkay Gundogan clavó la primera estaca de la conquista alemana en el país del norte, gracias a que Leroy Sané desparramó rivales en los límites del área y le dejó el arco abierto en la recta final del primer tiempo (39). Con el empate, los estadunidenses no supieron cómo detener el renovado espíritu de los europeos, que suman sus primeros kilómetros bajo el mando del técnico Julian Nagelsmann.
El complemento marcó la frontera definitiva entre ambos equipos. Frente a un cuadro de las barras y las estrellas cada vez más inseguro, la Mannschaft mostró su poder ofensivo y dio vuelta al marca-dor en un abrir y cerrar de ojos con los tantos de Niclas Fulkrug (58) y Jamal Musiala (61).
Utilizando a la mayoría de sus futbolistas estelares, la selección cuatro veces campeona del mundo espera ahora el partido contra México, programado para el martes en Filadelfia.