Madrid. Las proyecciones de voto del referéndum sobre la inclusión de representantes indígenas en el parlamento australiano apuntan a una clara derrota del “no” en lo que supone un revés para el gobierno del primer ministro australiano, Anthony Albanese.
En concreto se estima que el “no” sumará un 55 por ciento de apoyo frente al 45 por ciento del “sí”a la reforma constitucional, según datos de la Comisión Electoral de Australia recogidos por la prensa del país.
"Nadie quería este resultado, (pero) respeto absolutamente la decisión del pueblo australiano y el proceso democrático por la que se ha manifestado", delcaró Albanese, según The Australian.
"Cuando reflexionamos sobre todo lo que ha pasado hoy en el mundo podemos dar gracias de que aquí en Australia tomemos las grandes decisiones en paz y como iguales bajo la premisa de una persona, un voto", añadió.
Albanese, claramente emocionado, reivindicó que su gobierno haya cumplido con la promesa realizada a los aborígenes y al pueblo del estrecho de Torres. "Jamás imaginé ni dije que fuera a ser fácil", apuntó.
“Pocas cosas públicas lo son, ni podía garantizar que el referéndum fuera a ser un éxito. La Historia nos dice que solo 8 de 44 lo han hecho. Lo que podía prometer es que iríamos con todo, que lo intentaremos. Y lo hemos hecho”, puntualizó.
Albanese se refería a que solo 8 de los 44 referéndum celebrados en Australia hasta ahora hayan tenido éxito desde la fundación de la federación, en 1901. El último que se aprobó fue hace casi 50 años.
Albanese subrayó en cualquier caso que "nuestro gobierno seguirá escuchando a la gente y a las comunidades". "Nuestro gobierno seguirá intentando mejoras para los indígenas australianos y sus hijos, y para las próximas generaciones. No solo por los indígenas australianos", prometió.
Los indígenas australianos han habitado el país durante más de 50 mil años, pero a pesar de vivir en una de las naciones más ricas del mundo, los aborígenes y los isleños del Estrecho de Torres, que representan el 3.8 por ciento de los 26 millones de habitantes de Australia, tienen más probabilidades de ganar menos, ir a prisión y morir prematuramente.
Si el referéndum hubiera deparado un “sí”, los australianos indígenas habrían sido incluidos en la constitución y obtenido un órgano asesor del parlamento bautizado como la Voz para dar a los pueblos indígenas más voz sobre las políticas que los afectan.
En campaña, el “sí”, con el gobierno de centro-izquierda a la cabeza, defendió reconciliarse con los pueblos de las Primeras Naciones.