Madrid. El presidente del gobierno en funciones y candidato del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) a la reelección, Pedro Sánchez, se mostró convencido de que pese a las “dificultades en las negociaciones”, abiertas a varias bandas y con grupos parlamentarios de sensibilidades diversas, habrá un nuevo “gobierno progresista” en España que garantice los avances sociales de los últimos cinco años. Además, Sánchez, que fue insultado en el desfile militar del pasado 12 de octubre, respondió a las huestes de la derecha y la extrema derecha: “Cuanto más insultan, más pequeños se hacen”.
Sánchez cambió su despacho de La Moncloa -residencial oficial del presidente del gobierno- y del Congreso de los Diputados por un mitín político en la comunidad autónoma de Extremadura, donde su partido tiene una presencia histórica y donde la militancia es comprometida y fiel. Frente a más de mil 500 personas, Sánchez se mostró orgulloso de su gestión de los últimos cinco años, en los que ha impuesto una nueva relación de relación entre el gobierno central y los nacionalismos periféricos, sobre todo en Cataluña, donde se ha retomado el diálogo con las formaciones independentistas; y en el País Vasco, donde por primera vez en la historia reconoció públicamente como interlocutor y potencial aliado parlamentario a la coalición de la izquierda separatista vasca, EH-Bildu.
En su discurso, Sánchez anunció que “frente a la complejidad de las negociaciones que tenemos en curso, yo les garantizo que confío en que haya un gobierno progresista. Tengo las mismas ganas, si no más, que el primer día para que vuelva a haber un gobierno progresista. Tengo más ganas, más fuerza y más ilusión que el primer día que tuve el honor de ser elegido presidente del Gobierno”, afirmó.
Sin embargo, el presidente del gobierno español reconoció la “complejidad” que persiste en los pactos de cara a su investidura, para la que requiere el apoyo de su partido, el PSOE, con 121 diputados, pero además requeriría a los 31 diputados de la coalición de izquiedas Sumar, los seis de EH-Bildu, los seis de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), los cinco del Partido Nacionalista Vasco (PNV), el diputado del Bloque Nacionalista Galego (BNG) y los seis del partido que hasta ahora mantiene una postura más inflexible de cara a ceder sus votos, los nacionalistas catalanes de Junts per Catalunya (JxCat), liderados desde Bélgica por el ex presidente catalán Carles Puigdemont. Sólo así sumaría 178 votos a favor, dos más que los 176 que exige la mayoría absoluta.
Sánchez culminó el pasado viernes la primera ronda de contactos con los partidos políticos, con la excepción de la extrema derecha de Vox, con el que rechazó mantener un encuentro, y hasta ahora no se ha concretado el apoyo firme de ninguno de ellos, que exigen a cambio algunas contrapartidas concretas, como es el caso de las formaciones catalanas, que reclaman al menos tres cuestiones imprescindibles: una ley general de amnistía para todas las personas que participaron en los actos de la declaración uniltaral de independencia de octubre del 2017, un compromiso del Ejecutivo español de que “trabajará” para garantizar que se pueda celebrar un referendo de autodeterminación y la negociación de la deuda pública de la comunidad autónoma.
Sánchez insistió en su discurso de que es crucial evitar el “túnel del tiempo” que representan el PP y Vox y trabajabar por consolidar algunos de los logros de los últimos años, como el diálogo social para la revalorización de las pensiones, la subida del Salario Mínimo Interprofesional, la reforma laboral y los avances en la igualdad entre entre el hombre y la mujer.
Sánchez también respondió a los abucheos e insultos que sufrió en carne propia el pasado 12 de octubre, durante el desfile militar de la Fiesta Nacional, protagonizados por militantes y simpatizantes de la derecha y la extrema derecha: “Frente a los insultos y descalificaciones y pese a que me han hechos dos manifestaciones en la primera semana desde que soy candidato, estoy orgulloso de lo que hemos hecho porque los españoles con su voto dijeron dos cosas, la primera es que en España sólo puede gobernar un partido que comprenda y reconozca la pluralidad política, y en la Cámara es evidente que hay pluralidad política” y, en segundo lugar, “que asuma como un activo, y no como un demerito, la diversidad territorial. Y quien reconoce hoy en el sistema político español tanto el pluralismo político como la diversidad territorial es el PSOE”. Así que, añadió, “cuanto más insultan, más pequeños se hacen”.