En su visita al estadio Rentschler de Connecticut, Alemania volvió a ser una locomotora. Perdía desde los 27 minutos luego de un gol al ángulo de Christian Pulisic, pero su reacción fue tan agresiva que Estados Unidos quedó reducido a la mínima expresión en un lapso de 20 minutos hasta caer 3-1 con una contundente voltereta.
Ilkay Gündogan clavó la primera estaca de la conquista alemana en el país del norte, gracias a que Leroy Sané desparramó rivales en los límites del área y le dejó el arco abierto en la recta final del primer tiempo (39). Con el empate, los estadunidenses no supieron cómo detener el renovado espíritu de los europeos, que suman sus primeros kilómetros bajo el mando del técnico Julian Nagelsmann.
El complemento marcó la frontera definitiva entre ambos equipos. Frente a un cuadro de las barras y las estrellas cada vez más inseguro, la Mannschaft mostró su poder ofensivo y dio vuelta al marcador en un abrir y cerrar de ojos con los tantos de Niclas Fülkrug (58) y Jamal Musiala (61).
Utilizando a la mayoría de sus futbolistas estelares, la selección cuatro veces campeona del mundo espera ahora el partido contra México, programado el martes en Filadelfia.