La NASA ofrece en su sitio web (www.nasa.gov) una cobertura en vivo del eclipse, también conocido como eclipse de anillo de fuego, donde se observa de manera segura como el sol , la luna y la tierra se alinean.
Galería: Miles de personas disfrutaron del eclipse solar anular
También lanzó unas horas antes, tres cohetes de sondeo a la ionosfera durante el ese fenómeno astronómico para estudiar cómo la caída repentina de la luz solar afecta nuestra atmósfera superior. La misión, conocida como Perturbaciones atmosféricas alrededor de la trayectoria del eclipse o APEP, está dirigida por Aroh Barjatya, profesor de ingeniería física en la Universidad Aeronáutica Embry- Riddle. El eclipse se centrará en una franja del oeste de los Estados Unidos, así como en partes de América Central y del Sur.
A unos 75 kilómetros de altura, el aire mismo se vuelve eléctrico. Los científicos llaman a esta capa atmosférica ionosfera porque es donde el componente ultravioleta de la luz solar puede extraer electrones de los átomos para formar un mar de iones y electrones de alto vuelo. La energía constante del Sol mantiene separadas estas partículas que se atraen mutuamente durante todo el día. Pero a medida que el Sol se esconde bajo el horizonte, muchos se recombinan en átomos neutros durante la noche, sólo para separarse nuevamente al amanecer.
Durante un eclipse solar, la luz del sol desaparece y reaparece sobre una pequeña parte del paisaje casi al mismo tiempo. En un instante, la temperatura y la densidad de la ionosfera caen y luego vuelven a subir, enviando ondas a través de la ionosfera.