París. El tórax de un león perforado por una lanza de madera es la primera prueba de que los neandertales se atrevían, hace 48 mil años, a cazar ese temible depredador, según un estudio.
El esqueleto del león de las cavernas (Panthera spelaea), casi completo, fue descubierto en 1985 en una cueva cerca de Siegsdorf (sur), en Alemania.
Los restos óseos mostraban que el felino fue devorado tras su muerte, y hasta ahora los científicos creían que los neandertales lo habían despedazado tras hallarlo muerto.
Pero nuevos análisis demuestran que el feroz felino tenía una herida a nivel de la caja torácica, que correspondería a una herida de lanza, según el estudio publicado este jueves en la revista Scientific Reports.
La herida sugiere que la lanza penetró por el lado izquierdo del abdomen y dañó fatalmente los órganos vitales del animal, como sucedía con los cérvidos durante esa misma época.
Es "la prueba directa más antigua de la caza de un superdepredador en la historia de la humanidad", explican los autores.
"Cazar un león es muy peligroso. Había presas mucho más fáciles" explicó a la Afp Gabriele Russo, del Centro Senckenberg de paleontología de la universidad de Tubingen, primera autora del estudio.
Esa batida de caza no podía deberse exclusivamente a la búsqueda de alimentos, considera esta paleontóloga. El acto sugiere la voluntad de imponerse a ese superdepredador, algo que se atribuía hasta ahora exclusivamente al homo sapiens.
Cazar un felino podía estar asociado a un mayor estatus social, añade, como atestiguan las pinturas rupestres.
Su piel podía ser utilizada no solamente para abrigarse, sino como signo de poderío en una tribu.
Otro descubrimiento vendría a confirmar esta hipótesis: los huesos de una pata de león de las cavernas, de 190 mil años de antigüedad, fueron descubiertos en la Caverna del Unicornio, en Einhornhöhle (centro de Alemania).
Estos dos descubrimientos "demuestran hasta qué punto los neandertales tenían un comportamiento y una cultura sofisticadas", contrariamente a la imagen popular, asevera Gabriele Russo.
Heridas de punción halladas en un esqueleto de león de las cavernas de 48 mil años descubierto en Siegsdorf, Alemania, pueden indicar el ejemplo más temprano conocido de cacería de grandes depredadores por el ser humano. Vía Graphic News