Tel Aviv. La bolsa de valores de Tel Aviv (Israel) se desploma mientras los inversores se preparan para tiempos inciertos, un día después de que el movimiento islamista Hamas lanzó un ataque sorpresa sin precedentes contra Israel desde Gaza.
El índice bursátil TA-35 de empresas de primera línea cayó 4.8 por ciento, el índice de referencia TA-125 cayó 5 por ciento, y el índice TA-90, que sigue las acciones de mayor capitalización no incluidas en el índice TA-35, cayó 5.8 por ciento. El índice TA-Bank de los cinco mayores bancos cayó 6.3 por ciento.
Israel golpeó el enclave palestino de Gaza el domingo, matando a cientos de personas en represalia por uno de los ataques más sangrientos de su historia, en los que el grupo islamista Hamas mató a 700 israelíes y secuestró a decenas más. El peligro de interrupciones en el suministro fue suficiente para que el Brent subiera 2.93 dólares, a 87.51 dólares por barril, mientras que el crudo estadounidense West Texas Intermediate (WTI) ganaba 3.04 dólares, a 85.83 dólares por barril.
Analistas de CBA pronosticaron, ante la creciente confrontación, que "el riesgo es que suban los precios del petróleo, se desplome la renta variable y aumente la volatilidad, lo que apoyaría al dólar y al yen, y socavaría las divisas de riesgo". Agregaron que "una respuesta de Irán en el estrecho de Ormuz es el riesgo para la oferta de petróleo y para la reacción de las divisas".
En los mercados de divisas, el yen fue el principal beneficiado, aunque los movimientos fueron modestos en general. El euro bajó 0.3 por ciento, a 157 yenes, mientras que el dólar cayó 0.1 por ciento a 149 yenes.
El euro también perdío 0.3 por ciento frente al dólar, a 1.0556 dólares. El ambiente de cautela fue un bálsamo para los bonos soberanos tras las recientes caídas. Los futuros del Tesoro a 10 años subieron 18 puntos. Los rendimientos se situaron en torno a 4.71 por ciento, frente al 4.81 por ciento del viernes.
Cualquier subida sostenida de los precios del petróleo actuaría como un impuesto sobre los consumidores y aumentaría las presiones inflacionistas, lo que pesó sobre la renta variable. Los futuros del S&P 500 cedieron un 0.8 por ciento y los del Nasdaq perdieron 0.7 por ciento.