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El PRPM y su viaje a China

07 de octubre de 2023 00:02

El objetivo del artículo es reconstruir el viaje de nueve militantes del Partido Revolucionario del Proletariado Mexicano (PRPM) a la República Popular China en 1969. Para lograrlo, se presenta la ruta que tomaron, su estancia en el país asiático y su regreso a México.

Cuando se fundó el PRPM, su líder Javier Fuentes les propuso a los militantes viajar a China, para que conocieran su experiencia y recibieran formación política y militar dentro de la concepción maoísta de crear una gran organización, de preferencia rural, que rodeara a la ciudad desde el campo.

Javier Fuentes aprovechó su relación con el Partido Comunista Chino, para que éste financiara los gastos del viaje. Luego seleccionó a los militantes que viajarían al coloso asiático. Ellos fueron: Raúl Murguía, Rosalba Robles, Judith Leal, Antonio García de León, Teresa Rivera, Rafael Equihua y Florencio Medrano.

Desafortunadamente, Fuentes no logró reunir a un grupo de nueve personas, por lo que tuvo que invitar a Aquileo Mederos e Israel González. Se presentaron dos complicaciones previas al viaje. Una fue que Antonio García de León e Israel González no contaban con su cartilla militar.

Mediante un soldado corrupto obtuvieron el documento. La otra complicación fue que Raúl Murguía y Rosalba Robles no tenían con quién dejar a su hijo de cinco meses de edad. El matrimonio decidió viajar con su hijo, asumiendo los riesgos que esto implicaba. La planeación del viaje se realizó en la casa de Javier Fuentes. Los militantes del PRPM acordaron viajar el 6 de mayo de 1969.

Harían el viaje diez personas divididas en tres grupos. El punto de reunión sería la capital de Francia. Por último, Raúl Murguía debía entregar una carta escrita y firmada por Fuentes a la embajada de la República Popular China en París, con el propósito de recibir las visas para viajar al país asiático.

El día acordado, los militantes se reunieron en el Aeropuerto Internacional Benito Juárez de la Ciudad de México. El primer grupo viajó en Mexicana de Aviación con destino a Chicago, ahí tomó un vuelo de Air France que lo llevó a París.

El segundo conjunto abordó un avión de la línea KLM Royal Dutch Airlines, hizo escala en Ámsterdam, luego arribó a la ciudad francesa. El tercer grupo viajó en un avión de la empresa KLM, tomó la misma ruta que el grupo anterior, para llegar a la capital de Francia. El punto de encuentro fue el hotel Paolo.

El desarrollo del maoísmo en Francia favoreció a los militantes del PRPM, quienes tuvieron el respaldo y asesoría de la embajada china, en todo momento. Raúl Murguía fue recibido por el embajador chino, a quien le entregó la carta de Javier Fuentes, la cual iba debidamente cerrada.

Así, los mexicanos consiguieron las visas y boletos de avión. Días después, abordaron un vuelo de la compañía Pakistan International Air Lines con destino a Karachi, Pakistán; hicieron escala en Nom Pen, Camboya; luego arribaron a Pekín, China.

Los maoístas del PRPM llegaron a Pekín en diferentes fechas. Los recibieron dos intérpretes chinos y un representante de la Agencia de Relaciones Culturales para la América Latina. Fueron hospedados en un hotel especial para extranjeros, donde permanecieron un mes. Después los trasladaron a una base militar de Nankín. Allí estuvieron acantonados de julio a septiembre de 1969.

El 10 de julio, los nueve militantes comenzaron los cursos teóricos y prácticos. Los militares chinos designaron a Raúl Murguía como el responsable del grupo y le concedieron a Rosalba Robles el servicio de una niñera para que se hiciera cargo de su hijo, mientras ella recibía la formación política y militar. Las cátedras impartidas por los chinos fueron: 1) Política; 2) Estrategia y Táctica; 3) Técnica militar, Ingeniería y Disparo.

En la cátedra de Política se estudió la línea general en la etapa de la Revolución de Nueva Democracia. Por ello, trabajaron en la construcción del partido, de las bases de apoyo rurales y del Ejército popular. La cátedra de Estrategia y Táctica, consistió en analizar estrategias militares y entrenar con fusiles Kalashnikov chinos.

La cátedra de Técnica militar, Ingeniería y Disparo, se concentró en el manejo de explosivos, dinamita, minas y cómo fabricar y conectar detonadores. A finales de septiembre, los militantes del PRPM concluyeron su formación política y militar. En ese momento, los militares chinos le entregaron su hijo a Rosalba Robles.

Después se despidieron de los mexicanos, poniendo énfasis en que debían organizar la lucha armada en México, aplicando los conocimientos adquiridos y que, una vez instaurado un gobierno socialista, debían hacer un solo frente contra el imperialismo estadunidense. El mes de octubre lo dedicaron a visitar fábricas, comunas populares, hospitales, sitios históricos, relación con obreros y veteranos de la revolución china que les compartieron sus experiencias durante y después de ésta.

Los mexicanos visitaron estos lugares en plena revolución cultural, un momento histórico que los marcó política e ideológicamente. A principios de noviembre, los militantes regresaron a México. La ruta que tomaron fue la misma que de ida; pero en sentido inverso.

Ese mismo mes, se reunieron con Javier Fuentes, con quien conversaron sobre los conocimientos adquiridos en la República Popular China y analizaron la posibilidad de aplicarlos entre los campesinos.

Así, empezaron a trabajar en la creación de sus bases de apoyo rurales con el propósito de rodear las ciudades y tomarlas, ésta fue su estrategia para acumular fuerzas y avanzar en el proceso revolucionario.

Sin embargo, el trabajo de masas fue interrumpido cuando los principales promotores del PRPM fueron detenidos por la policía. Pero eso es otra historia. * Historiador por la UMSNH y autor de El poder viene del fusil



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