Granada. Polonia y Hungría mostraron ayer su furibunda oposición a la reforma del sistema migratorio de la Unión Europea (UE) en una cumbre en Granada, dos días después de un acuerdo clave del bloque.
No tenemos miedo de los dictados que vienen de Bruselas y Berlín
, lanzó el primer ministro polaco, el nacionalista Mateusz Morawiecki, en esta cumbre informal de jefes de Estado y de gobierno de la UE en la ciudad andaluza.
Morawiecki criticó que se pretenda imponer un sistema para distribuir migrantes ilegales
entre los países comunitarios.
Su homólogo húngaro, el ultraconservador Viktor Orban, en su habitual tono provocador, afirmó: Si te violan legalmente, te obligan a aceptar algo que no te gusta, ¿cómo es posible llegar a un compromiso, a un acuerdo? Es imposible
.
El asunto de la migración, uno de los más espinosos entre los Veintisiete, se impuso en las discusiones, en momentos en que Europa enfrenta una nueva oleada de migrantes en la isla italiana de Lampedusa y en el archipiélago español de Canarias.
Los embajadores de los países de la UE alcanzaron el miércoles un acuerdo para avanzar en la reforma del Pacto de Migración y Asilo, después de tres años de parálisis en las negociaciones. La reforma busca implementar un mecanismo de solidaridad obligatoria entre los estados si alguno de ellos enfrenta la llegada masiva de migrantes a sus fronteras, como ocurrió en la crisis de refugiados sirios de 2015 y 2016.
Desbloquea el debate
El texto, que también modifica los procedimientos tradicionales de asilo haciéndolos menos protectores para los migrantes, requirió un compromiso para superar las reticencias alemanas e italianas.
El reglamento, que aún debe ser debatido en el Parlamento Europeo, fue aprobado por mayoría calificada, con las abstenciones de Austria, Eslovaquia y República Checa y la oposición de Polonia y Hungría. El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, minimizó las críticas de Polonia y Hungría, recordando que el de Granada es “un consejo informal. “Lo más importante es lo que se va a permitir desbloquear
la reforma migratoria.
En este contexto, diez embarcaciones con más de 900 migrantes llegaron ayer a Canarias, tras recorrer una las rutas migratorias más peligrosas del mundo, informó el servicio de Salvamento Marítimo español.