Moscú. Sólo podrá haber una sólida paz global cuando todos se sientan seguros y sepan que sus opiniones se respetan, afirmó el presidente Vladimir Putin al hablar ayer en la inauguración de las sesiones del Club de Debates Valdai, que este año reúne en el balneario ruso de Sochi, costa del mar Negro, a politólogos, economistas, catedráticos y académicos de universidades y centros de investigación de Rusia y otros países.

Desde 2004, cuando se fundó el club junto al lago Valdai cerca de la ciudad de Veliki Nobgorod, Putin asiste a todas sus reuniones anuales y suele responder a las preguntas de los participantes. Resumidos, los siguientes son algunos de los temas que abordó el mandatario en esta ocasión:

Respecto de su visión del futuro en el orbe, el titular del Kremlin explicó que le gustaría ver un mundo de soluciones colectivas, donde nadie tendrá el derecho a dirigir el mundo por otros. Considera que debe haber justicia para todos, equilibrios, nadie puede obligar a otros, hay que prohibir que se impongan reglas propias a los demás, y las controversias tienen que resolverlas sólo aquellos que las mantienen.

A la preguntarle si el de Ucrania es un conflicto territorial, Putin no estuvo de acuerdo: No tenemos interés alguno desde el punto de vista de la conquista de otros territorios, Rusia es el país más grande del mundo y todavía tenemos mucho qué desarrollar en Siberia y el Lejano Oriente. Este no es un conflicto territorial y ni siquiera busca establecer un balance geopolítico en la región.

Según él, es un asunto más amplio y fundamental, pues se trata de los principios en que debe basarse el nuevo orden mundial.

Repitió su tesis de que Rusia no comenzó esa guerra, sólo intenta acabarla, y señaló que, sin la ayuda extranjera tanto financiera como en armamento, la resistencia ucrania no duraría más de una semana.

Rusia, agregó, no se opone a que Ucrania ingrese a la Unión Europa. Nunca lo hemos dicho; en cambio, una eventual adhesión a la OTAN (Organización del Tratado del A-tlántico Norte) nos preocupa y mucho, debido a que la expansión de la OTAN hacia nuestras fronteras es una seria amenaza a nuestra seguridad.

El presidente ruso no duda de que Estados Unidos, a pesar del actual panorama caótico en el Congreso, encontrará la manera de imprimir más dinero y seguir ayudando a Ucrania, pero espera que empiece a predominar algo de sentido común, porque, considera, el respaldo foráneo a Kiev sólo prolonga el conflicto.

Uno de los fundadores del Club, Serguei Karaganov, que hace poco propuso que Rusia usara sus armas nucleares en Europa contra los países más involucrados en la contribución militar a Ucrania, convencido de que ninguna potencia atómica se atrevería a responder atacando a Rusia, preguntó si llegó la hora de modificar la doctrina nuclear.

¿Para qué? No veo ninguna necesidad, respondió Putin. Le recordó a Karaganov que esa doctrina establece dos condiciones para emplear el arsenal nuclear: que se produzca un ataque contra Rusia con ese tipo de armas y que se plantee una amenaza a la existencia de Rusia como Estado.

Sostuvo que nadie está loco como para atacar con armas atómicas a Rusia ni tampoco está en riesgo su existencia, pero ello no quiere decir que pudiera revocar la ratificación del tratado que prohíbe los ensayos nucleares, y seguirá modernizando su arsenal. Confirmó que “hace poco efectuamos con éxito la más reciente prueba del misil de crucero de largo alcance con propulsión nuclear, Burevestnik, y pronto comenzará la producción en serie del misil pesado intercontinental Sarmat”.

¿Traicionó Rusia a Armenia (como declaró Charles Michel, presidente del Consejo Europeo)?, le preguntaron. Putin rechazó la acusación y dio a entender que el gobierno armenio es el responsable de perder Nagorno Karabaj al revelar que durante 15 años Moscú le propuso a Ereván que aceptara una fórmula de compromiso –entregar a Bakú cinco distritos y quedarse con dos–, pero se negó.

“El estatus de Nagorno Karabaj era un asunto clave, pero la propia Armenia reconoció que era parte de Azerbaiyán. (…) Era sólo cuestión de tiempo cómo y cuándo el gobierno azerí establecería el orden constitucional”, opinó.

También adelantó lo que parece será la versión oficial de la muerte de Yevgueni Progozhin y la cúpula del grupo de mercenarios Wagner, cuyo avión se desplomó el 23 de agosto, justo dos meses después de su fallido intento de rebelión.

Según Putin, la investigación no ha terminado, pero es un hecho demostrado que no hubo acción externa contra el jet, lo determinaron los peritajes del comité de instrucción, me lo dijo su director, Aleksandr Bastrykin. Aseveró que en los cuerpos se hallaron fragmentos de granadas de mano y lamentó que no se haya efectuado un análisis para establecer si los pasajeros habían consumido alcohol o narcóticos, ya que, como se sabe, en la residencia de Prigozhin se encontraron 10 mil millones de rublos en efectivo y 5 kilogramos de cocaína.