Ciudad de México. La Arquidiócesis Primada de México informó que actualmente los refugios para migrantes que tiene en la Ciudad de México están “sobrepasados”, debido a la alta afluencia de personas en movilidad.
La demarcación religiosa a cargo del cardenal Carlos Aguiar Retes, arzobispo primado de México, conminó a las autoridades civiles a agilizar los procesos legales para la estabilidad de las personas migrantes; otorgar visados humanitarios a fin de que puedan transitar libremente hacia su destino”.
Además de “crear un mecanismo para valorar el derecho de asilo humanitario, antes de proceder a la deportación de las personas.
Expuso que a través de la Pastoral de Movilidad Humana de la Arquidiócesis de México, a cargo del sacerdote Juan Luis Carbajal, llamó “a comunidades parroquiales, agentes de pastoral y fieles que tengan las posibilidades, apoyen con abrir más espacios de acogida”.
Señaló que en lo que va del año, numerosas caravanas de migrantes han llegado a México por la frontera sur procedentes de países de Centroamérica, y algunos más de Sudamérica.
“Sabemos que los principales motivos por los que las personas se ven obligadas a salir de sus lugares de origen son los conflictos generados por la inestabilidad política que termina en persecuciones a defensores de derechos humanos, las difíciles condiciones de vida, los altos niveles de violencia y la búsqueda de un mejor futuro para sus familias”.
Precisó que México ha vivido el fenómeno migratorio desde hace varios años, “pero en los últimos años el flujo se ha incrementado de tal manera que ha generado una verdadera crisis humanitaria, a la que la Iglesia ha venido asistiendo a través de sus Casas de Migrantes atendidas por religiosas, religiosos y sacerdotes diocesanos, brindando servicios de alimentación, atención médica, primeros auxilios psicológicos, asesoría legal”, entre otros.
Exhortó a “las personas de buena voluntad, sumarse al voluntariado que se realiza en dichas casas; o bien, brindar ayuda económica o en especie, de acuerdo a las necesidades de estos centros”.
Llamó a la población en general, “a ser sensibles y pacientes con quienes transitan por nuestro territorio rumbo al vecino país del norte”, y considerar los enormes riesgos que corren al transitar sin documentos.
Reconoció la labor de sacerdotes, religiosas, religiosos y voluntariado que se han mantenido fieles al llamado de Jesucristo, “Sabemos que a pesar de su agotamiento se dejan impulsar por la fuerza del Espíritu Santo para seguir adelante. Agradecemos además el trabajo a la gran red que se ha construido junto a miembros de otras iglesias, organizaciones de la sociedad civil y de cooperación internacional para enfrentar este gran desafío”.