México es un país plural y de creciente pluralización en todos los órdenes. Lo es, por supuesto, en el ámbito religioso. Quienes aspiran a ocupar puestos de representación popular deben evaluar bien la diversidad realmente existente y encontrar caminos para dialogar con integrantes de las comunidades que conforman el mosaico mexicano.
Por restricciones de las leyes electorales, el partido Morena no puede presentar como su candidata a la Presidencia de la República a Claudia Sheinbaum, pero ella lo es y con tal carácter está recorriendo el país. Por ello la buscan representantes o autonombrados como tales de distintos grupos.
Fue el caso de algunos líderes evangélicos que pudieron encontrarse con Sheinbaum Pardo para dialogar con ella. En redes sociales la candidata informó que se había reunido con “una importante representación del liderazgo nacional de las iglesias evangélicas, a quienes invitó a sumar esfuerzos por la construcción de la paz desde sus comunidades de fe”.
Además, en una tarjeta informativa “enviada por el equipo de la morenista, se recalcó que los líderes religiosos representan poco más de 30 mil templos de todo el país, con registro ante la Secretaría de Gobernación”. Los nombres de los reunidos con Sheinbaum y el cálculo de los templos que representarían levantaron reacciones entre quienes no fueron invitados al acto y consideran tienen méritos para haber sido incluidos.
Uno de los excluidos, que al serlo siente menoscabado su liderazgo nacional, compartió a otros marginados su parecer sobre la mencionada reunión. Para empezar escribió era “tendencioso sino [sic] es que definitivamente falso” que los convidados representaban poco más de 30 mil templos”. Luego afirmó que Abel Sánchez Arreguín (organizador de la reunión) “siempre ha sido promotor de la 4T”, sí es pastor pero “no tiene una iglesia con representación nacional”.
Entre los evangélicos que se reunieron con Sheinbaum, asegura el crítico, “ninguno de ellos puede ser considerado” como representante de su asociación religiosa, “son pastores, pero no los representantes o los liderazgos nacionales de las iglesias mencionadas”.
Aporta información para respaldar su aserto: Vicente Castillo, de las Asambleas de Dios (la mayor denominación pentecostal del país), su “verdadero dirigente nacional es el pastor Enrique González; Armando Díaz, de la Convención Nacional Bautista, el verdadero [¿acaso hay uno falso?] presidente es Rolando Guzmán; Elías Betanzos y Mario Mejía de la Iglesia del Nazareno, “realmente es presidida por Jorge Córdova”; Alejandro Nepomuceno, de la Iglesia Cristiana Independiente y Pentecostés, “tiene como presidente a Josué Pérez Pardo”; Joaquín López, Iglesia de Dios del Evangelio Completo, “es realmente dirigida por Luis Demetrio Beltrán”.
También hicieron acto de presencia Obed López Bandera, pastor de una Iglesia Presbiteriana en Morelia, y uno de los seis obispos de la Iglesia Metodista, Agustín Altamirano Ramos. Por lo anterior el inconforme, cuya valoración respaldaron otros liderazgos y la socializaron en sus redes, deslizó una posibilidad: “Habría que ver si los verdaderos representantes de las iglesias mencionadas estuvieron enterados de esta reunión”.
Celos y protagonismo aparte de liderazgos no convidados a la reunión con Sheinbaum, ella y quienes se le opongan en la carrera por la Presidencia de la República, harían bien si buscan información sobre el complejo y amplio abanico que conforma el cristianismo protestante/evangélico nacional.
Por desconocimiento de la composición y características del citado abanico pue den seguir incurriendo en cálculos políticos erróneos, como es dar por bueno el ofrecimiento de miles, si no es que millones, de votos que les van a ofrecer líderes (mujeres y hombres) que en realidad no tienen el poder que se autoadjudican.
El pueblo protestante/evangélico es diverso en su preferencia política/electoral, con inclinaciones hacia una u otra opción, dependiendo de distintos factores y coyunturas. En México están registradas casi 10 mil asociaciones religiosas (AR). Uno por ciento no tiene vínculos con alguna expresión del cristianismo. De 99 por ciento que completa el panorama de las AR, más o menos 36 por ciento es católica y 63 por ciento protestante/evangélica, testigos de Jehová o mormones.
En 2020 la población católica fue de 77.7 por ciento. La protestante/ evangélica alcanzó 11.2 por ciento, Chiapas casi triplicó el porcentaje: 32, seguido de Tabasco, 27, y Campeche, 24. Como el sector protestante/ evangélico es plural, un acercamiento al mismo debiera hacerse con una mirada policromática, no uniformadora ni verticalista. Ofrecimientos de caudales de votos le van a seguir llegando a Sheinbaum por quienes dicen representar a feligresías no católicas. Hay más, pero muchas más, voces por ser escuchadas en el espacio social conformado por el cristianismo evangélico mexicano.