Amkara. Cazas turcos bombardearon el domingo presuntos blancos de extremistas kurdos en el norte de Irak tras un atentado suicida contra un edificio gubernamental en Ankara, anunció el Ministerio de Defensa de Turquía.
Unos 20 objetivos pertenecientes al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK, por sus siglas en kurdo) fueron “destruidos” en el operativo aéreo más reciente, entre ellos cuevas, refugios y almacenes, agregó el ministerio. Indicó también que una gran cantidad de operadores del PKK fueron “neutralizados” durante la ofensiva.
Horas antes, un atacante suicida hizo detonar un dispositivo explosivo cerca de uno de los accesos al Ministerio del Interior en la capital turca, hiriendo a dos policías. Un segundo agresor murió en un tiroteo con la policía.
El PKK, que mantiene bases en el norte de Irak, se adjudicó el atentado suicida, según una agencia noticiosa allegada al grupo rebelde. El Ministerio del Interior turco también identificó a uno de los agresores como miembro de la organización. Añadió que aún se llevaban a cabo labores para identificar al segundo atacante.
El atentado ocurrió horas antes de que el Parlamento turco reabriera sus sesiones con un discurso del presidente Recep Tayyip Erdogan, luego de un receso de tres meses.
Los dos agresores llegaron al lugar dentro de un vehículo comercial ligero, el cual le robaron a un veterinario en la provincia central de Kayseri, según el Ministerio del Interior. El diario progubernamental Sabah informó que los atacantes le dispararon al hombre en la cabeza y arrojaron su cuerpo a una zanja al costado del camino. Posteriormente condujeron el vehículo hasta Ankara, a unos 300 kilómetros (200 millas) de distancia.
“Nuestros heroicos agentes de policía, a través de su intuición, presentaron resistencia a los terroristas tan pronto como salieron del vehículo”, dijo el ministro del Interior, Ali Yerlikaya, a la prensa. “Uno de ellos se inmoló, mientras que el otro recibió un disparo en la cabeza antes de que tuviera oportunidad de detonar su dispositivo”.
“Nuestra lucha contra el terrorismo, sus colaboradores, los traficantes (de drogas), pandillas y grupos del crimen organizado continuará con determinación”, señaló.
La policía encontró explosivos plásticos, granadas de mano y un lanzacohetes dentro del lugar, según un comunicado de la agencia.
Erdogan pronunció su discurso como se tenía previsto y dijo que el ataque era “la última resistencia del terrorismo”.
“Los sinvergüenzas que atacaron la paz y la seguridad de los ciudadanos no pudieron lograr sus objetivos y nunca lo harán”, puntualizó.
El mandatario reiteró el objetivo de su gobierno de establecer una zona de seguridad de 30 kilómetros (20 millas) a lo largo de la frontera con Siria para proteger la frontera sur de cualquier atentado.
Turquía ha realizado numerosas ofensivas transfronterizas contra el PKK en el norte de Irak. También ha efectuado incursiones en el norte de Siria desde 2016 para repeler al grupo Estado Islámico y a un grupo de milicianos kurdos conocido por sus iniciales YPG, y controla franjas del territorio en la zona.
Ankara considera al YPG como una extensión del PKK, al que Turquía, Estados Unidos y la Unión Europea tienen clasificado como grupo terrorista. El PKK ha librado una insurgencia contra Turquía desde 1984. Decenas de miles de personas han fallecido en ese conflicto.