latinos? (como allá xenofóbicamente denominan a las personas de origen geográfico del Río Bravo para abajo). Colapsaría su economía, o, si se prefiere, ocurriría algo similar a lo que, en 2004, Sergio Arau plasmó en su película Un día sin mexicanos (enfocada en el estado de California).
En un abrir y cerrar de ojos Estados Unidos perdería algo así como 15 por ciento de su producto interno bruto, un golpe que no soportaría su economía, pues esa proporción resulta similar a la caída libre que provocó la gran depresión
de 1929 (hasta significar algo así como 30 por ciento de su PIB en los siguientes tres años). Ello, desde luego, sin considerar el brutal impacto en el plano global.
Pero al gobierno de Estados Unidos le ganan su racismo y xenofobia, que trasmina en buena parte de la sociedad de ese país, y –no de ahora, sino de muchísimas décadas– se niega a negociar un tratado migratorio que no sólo ordene y legalice el flujo de personas, sino que respete los derechos humanos de quienes en esa nación buscan oportunidades de vida, sin dejar de lado que tal acuerdo consolidaría lo que para su economía significa el creciente poder de los latinos
.
De acuerdo con la Oficina del Censo estadunidense, la población latina sumó 62.1 millones en 2020
(alrededor de 65 por ciento de ese total es de origen mexicano), lo que representó un incremento de 23 por ciento respecto a 2010, mientras la población que no era de ese origen creció 4.3 por ciento
en el mismo periodo. Entonces, cerca de 20 por ciento, y contando, de los habitantes de Estados Unidos son de origen latino
, y representan la primera minoría étnica en aquel país. De ahí el creciente efecto positivo en la economía estadunidense, sin considerar la participación de otras corrientes migratorias de Asia, África y Europa.
Lo anterior viene a colación, porque La Jornada (Dora Villanueva) informa que lo producido por la comunidad latina en Estados Unidos crece dos veces y media por encima de la economía total del país, al grado de que actualmente el producto interno bruto (PIB) latino representa en sí mismo la quinta economía más grande del mundo. En suma, 3.4 billones de dólares, que superan lo generado por (las economías de) Gran Bretaña, Francia, Italia o Canadá. De acuerdo con un informe de Latino Donor Collaborative y Wells Fargo, si los latinos estadunidenses fueran un país, serían la quinta economía más grande del mundo. Además de la situación actual, el remplazo de la fuerza laboral en la economía más grande del mundo recae en el bono demográfico que representa la comunidad latina. Entre 2011 y 2021 el PIB latino estadunidense creció en promedio 4 por ciento, lo que se tradujo en una contribución de 20.9 por ciento al crecimiento real de Estados Unidos
.
Así, el PIB latino
en Estados Unidos (esos 3.4 billones de dólares) equivale a casi tres tantos el mexicano y su tendencia es ascendente y, todo apunta, imparable. Para dar una idea, en 2015 el Centro Selig de la Universidad de Georgia documentó que el poder de compra de la comunidad latina
en Estados Unidos destinaba alrededor de un billón 500 mil millones de dólares a la adquisición interna de bienes de consumo (se excluye a los indocumentados), y subrayaba: el crecimiento del mercado (interno) estadunidense es impulsado cada vez más por los consumidores hispanos y asiático-americanos
y ese año los primeros superaban en casi 50 por ciento a los segundos en poder de compra. El mercado afroamericano seguirá expandiéndose a un ritmo convincente, pero los mercados asiáticos e hispanos son donde se ve el crecimiento realmente rápido
.
En aquel entonces, el Centro Selig documentó que en 1990 ese poder de compra fue de poco más de 200 mil millones de dólares; en 2004 llegó a 700 mil millones; en 2009 a 992 mil millones y en 2009 a 1.2 billones, para alcanzar 1.5 billones en 2015 y proyectarlo a 1.7 billones en 2017. En los hechos, el monto ha rebasado todas las estimaciones.
Pero el gobierno estadunidense se niega a negociar un acuerdo migratorio. Sin embargo, es una realidad que no puede evadir.
Las rebanadas del pastel
Murió Ángel Guerra Cabrera, queridísimo colega, amigo y compañero, colaborador de La Jornada, articulista de primer nivel, siempre solidario con las mejores causas sociales y luchador incansable. Te vamos a extrañar. Va un enorme cuan cariñoso abrazo, acompañado con todas tus enseñanzas y gratos recuerdos. Buen viaje.
Twitter: @cafevega