En el muy remoto caso de que la señora Xóchitl Gálvez saliera indemne de sus líos éticos y más complicado aún, que ganara la elección para la Presidencia de la República, la voracidad de los jerarcas de los partidos Acción Nacional (PAN), Revolucionario Institucional (PRI) y de la Revolución Democrática (PRD), más ciertas lapas, irían tras todo lo que se pueda de los miles de puestos pronto vacantes.
Todo lo que caiga es bueno, pero aspiran a algo más. Algo más que bueno sería sobrevivir, estando como están, a un paso de la consunción. Agréguese la ventaja que sería para el Frente Amplio conservar los triunfos que hoy posee. Ejemplos: Guanajuato, Querétaro y Yucatán.
Para efectos de la señora X, el provecho a cambio de entregar esas concesiones, sería aproximarse al control del Congreso ganando allá donde Morena no fuera dominante.
Pronto empezarán los arrebatos entre coaligados. Alito, alegando el supuesto peso de sus votantes, querrá servirse con la cuchara grande. Cubrirá sus viciados compromisos personales y sólo después los de su partido. Lo que sobre que se reparta. Agandalle previsible.
Seguiría la rebatiña con los otros partidos y dentro del “nuevo” PAN de Marko Cortés y el “viejo” PAN sin líderes de influencia moral. Ese partido no sabe mover masas, más bien nunca las tuvo. El PRD sólo puede ofrecer su honor, su nombre y su registro, para lo que pudieran servir y a ver qué le toca.
Y en esta feria de vanidades y ambiciones, ¿quién cuidaría los intereses de la presunta presidenta? ¡Pues nadie! La señora está sola, ni un amigo de calibre la acompaña. Ángel Gurría está en otra cosa y Xóchitl ni lo conocía.
Ella tiene el mérito de ser triunfadora en la vida. Ha dicho ser una experta en informática, empresaria exitosa y rica. También ha aceptado haberse apendejado al redactar su informe, que no tesis. Su comprometedor apendejamiento se dio habiendo sido ya alta funcionaria federal. Bien por su ética.
Ya ha empezado a exponer sus convicciones políticas musicalizándolas con falsas carcajadas sustitutas de ideas y lenguaje político. ¿Qué refranero popular usará para equilibrar ciertas desatinadas revelaciones?
Entre leperadas y risotadas con evidente insensibilidad encendió temas tabú: 1) al PAN lo asustó hablando de reforma fiscal, aborto y matrimonio homo y ¡horror!, declaró ser de izquierda; 2) petrificó al purista PRI anunciando que abrirá CFE y Pemex al capital privado; 3) le faltaría desdorar a Lázaro Cárdenas y con ello provocar la indignación del PRD.
Pues esos líderes, más los poderes ocultos: empresariado, Iglesia católica y medios le pasarán la cuenta por sus amores. Lo harán recordándole favores pasados y alardeando de nuevas fierezas. Léase Claudio X.
Toda esa embestida sería contra una candidata que, ¡increíble!, ¡no tiene credo político ni ideólogo ni partido! ¡Subirá al carro del destino nacional a quien se le pare enfrente! ¡No la apoyan ni Calderón ni Margarita! Ni nadie de su Frente Amplio. Tal es su desamparo.
Hay una esperanza en la Biblia para filósofos: lógica ejemplar, como es, asegura que la señora X será poderosa porque puede serlo. Sería mejor una consideración realista. Por favor, que alguien le ayude a salir de su embrollo universitario, que le ayuden a elegir candidatos a gobernaturas, senadurías, diputaciones, alcaldías y puestos de gabinete que aporten solvencia a su gobierno.
Que le aseguren todo aquello que le sería imprescindible para gobernar. Ayúdenla a jugar al a ver quién gana y a ver quién pierde. Si algo de eso se llegara a torcer, los iluminados le informarán que existe la fórmula de “gobierno de coalición” Irremediablemente Xóchitl acabaría en uno de ellos.
No se conoce quién, de gran calibre político, estuviera ensamblando la máquina de guerra que sería su soporte. Santiago Creel no lo es, anda perdido.
En el proceso de entrega de cuotas dentro del Frente Amplio, antes tendría que pensar en su interés propio, calculando dónde duelen menos las detestables prorratas. ¡Ni modo hay que pagar!
Pero con tanta deuda, ¿qué y a quién, PAN, PRI y PRD se cederían los puestos?, ¿qué pagarés dados estaría dispuesta a reconocer? Y quién sería el negociador que no aparece.
Sus acreedores son quienes aportaron eso que a ella ya se vio que le falta, experiencia, solidez, peso y prestigio político. Debe reconocer que es un parche en el frente, ellos sienten que la cancha era suya cuando ella apenas llegó.
De las muchas cosas que le están sucediendo, las peores son tres: 1) está colgada del fallo de UNAM sobre su pendejazo; 2) Es una candidata solitaria con los infaltables moscardones a su alrededor, y 3) es deficiente en materia ideológica, alta política y administración y, por tanto, está corriendo graves riesgos. A cambio deberá pagar a sus exigentes despenseros.
Un caballero, presunto votante levanta la mano y pregunta: Entonces, si las cosas son así, ¿por qué votar por tan respetable señora?