Bogotá. Simón Trinidad, jefe guerrillero de las FARC extraditado a Estados Unidos en 2004 y condenado en ese país a 60 años de prisión, fue aceptado por la justicia transicional de Colombia, cuya Sala de Amnistía e Indulto (SAI) estudiará su situación judicial.
Fuentes de la Jurisdicción Especial de Paz (JEP) dijeron este jueves que fue aceptada la solicitud de sometimiento interpuesta por la defensa de Trinidad y que se iniciará el estudio de cinco procesos penales en su contra, así como la indagación de su posible relación con otros 116 procesos.
La aceptación del sometimiento del ex jefe insurgente a la Justicia Especial de Paz (JEP) implica que el organismo judicial reconoce a Trinidad como actor en la confrontación armada entre el Estado colombiano y las Farc, lo cual abre el camino a que sea amnistiado, tal como ocurrió con todos los ex combatientes firmantes de los acuerdos de paz de 2016.
Juristas locales opinaron que aunque Trinidad todavía esté recluído en la cárcel de máxima seguridad de Florence, en el estado de Colorado (EUA), debe considerar como un triunfo personal su aceptación en la JEP.
El especialista en justicia transicional, Milton Silva dijo a La Jornada que, como puerta de entrada a un modelo de justicia restaurativa, esta instancia resulta sustancial para que los ex combatientes no sean tratados como delincuentes comunes sino políticos, lo cual marca una importante diferencia con la justicia ordinaria.
Ramiro Orjuela, quien fue abogado de Simón Trinidad antes de su extradicción, consideró que -por ahora- se abre la posibilidad de que su ex defendido pueda volver a comunicarse con el país, así sea a través de audiencias virtuales, rompiendo el asilamiento al que ha sido sometido por 19 años. “Simón acumula una gran formación política e intelectual y tiene mucho que aportarle a Colombia, así que ahora podremos conocer su versión sobre el conflicto armado y la participación en él de decenas de distintos actores”, apuntó el jurista.
Organizaciones de derechos humanos que han hecho seguimiento a la situación de Trinidad e impulsan campañas por su liberación, denunciaron que pasó mas de diez años en situación de confinamiento, en una celda bajo tierra en la que nunca apagaban la luz y sólo se le permitía media hora semanal al aire libre.