Moscú. Mientras continúa el éxodo de la población armenia de Nagorno-Karabaj, Sambel Shajramanian, presidente de este enclave que se proclamó independiente en 1991, firmó este jueves el decreto que, a partir del primero de enero de 2024, pone fin a la existencia de la República Independiente de Artsaj y concede tres meses para que todas sus dependencias transfieran sus funciones a las autoridades azeríes y los habitantes decidan si quieren quedarse y aceptar las condiciones que proponga el gobierno de Azerbaiyán para su “reintegración”.
Nueves días después de que Bakú lanzó su llamada “operación antiterrorista de carácter local”, que en 36 horas terminó por la fuerza, mediante intensos bombardeos y combates, más de tres décadas de disputa territorial, la cifra de armenios que abandonaron ya el territorio de Nagorno-Karabaj alcanzó este jueves 65 mil personas, de acuerdo con la agencia noticiosa Armenpress.
La mayoría de los evacuados –hasta ahora poco más de la mitad de los 120 mil habitantes que tenía el enclave a comienzos de año, al tiempo que en la frontera se agolpan cientos de automóviles y autobuses, repletos de personas y de las pocas pertenencias que pueden llevar consigo–, al desconfiar de Bakú que promete que nada les pasara, salvo a “quienes hayan cometido accciones terroristas”, y temer una nueva edición de limpieza étnica como las que hubo en el pasado por ambos lados, buscan refugio en Armenia.
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