Ciudad de México. El paquete económico del próximo año sienta una desviación en el manejo fiscal que se venía presentado durante esta gobierno, sobre todo en lo que resulta del déficit público; así que en las propuestas electorales del próximo año, la presentación de un “plan creíble de consolidación fiscal” será clave para la perspectiva que se tiene sobre México, actualmente estable, con calificación Baa2, explicó Renzo Merino, analista soberano para México en Moody’s Investors Service.
Mauro Leos, director ejecutivo de Moody’s, advirtió que los cambios de administración suelen representar una presión para el marco fiscal, sobre todo en el primer año. El próximo año se observarán las propuestas, “la voluntad y capacidad” que incorporen los aspirantes a la presidencia para impulsar un “paquete de corrección fiscal”, el cual compense no sólo el déficit de este año, sino que atienda la estructural brecha ingreso-gasto que se tiene, agregó Merino.
Para el próximo año el gobierno federal propone un déficit público de 5.4 por ciento del producto interno bruto (PIB), una métrica que de acuerdo con Renzo se desvía de 2.7 que fue referencia para los primeros cinco años de la administración. El secretario de Hacienda y Crédito Público, Rogelio Ramírez de la O, ha explicado que esta ampliación en la brecha ingreso-gasto responde al no dejar obras inconclusas, al incremento en el costo financiero de la deuda y a correcciones por inflación.
Los Criterios Generales de Política Económica proyectan que si bien en 2024 el déficit alcanzará 5.4 por ciento, inmediatamente al siguiente año éste se reducirá a 2.6 por ciento del PIB. Una corrección de casi 3 puntos porcentuales que los analistas de Moody’s cuestionaron si es posible sólo con la perspectiva de un menor gasto en obras de infraestructura, dado que se tienen otras presiones inerciales en las erogaciones, como el costo financiero de la deuda y las pensiones.
El salto en el costo financiero de la deuda es otro de los aspectos que más ha representado presión para las finanzas públicas sin un incremento a la par de los ingresos. Merino explicó que otras economías también calificadas con Baa2, como México, están viendo correcciones en su carga de los intereses de la deuda desde 2021, una vez que pasaron los primeros choques por la pandemia de coronavirus.
En México el pago de intereses de la deuda pasará de absorber 10 por ciento de los ingresos en 2021 a 16 por ciento en 2024. Merino destacó que más allá de la proporción de la deuda como proporción del PIB, el incremento en el costo financiero evidencia más un evento de estrés para las finanzas públicas.
Sobre Petróleos Mexicanos, Renzo detalló que la línea presupuestal por 145 mil millones de pesos que se dará a la empresa a través de la Secretaría de Energía, para que pague sus vencimientos de deuda en el corto plazo, sólo implica que el gobierno se está endeudando para apoyar en el “muy corto plazo”, pero no representa un cambio estructural en el manejo de la compañía. No obstante, esa presión que representa la petrolera ya está contemplada en la calificación del soberano.