La canciller Alicia Bárcena afirmó ayer ante la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) que ante el gran reto de las olas migratorias, “México tiene una brújula muy clara: humanizar la migración“ y sostuvo que es momento de poner fin a la persecución y demonización de los migrantes.

Al participar en representación el presidente Andrés Manuel López Obrador en la reunión plenaria del Debate General de la ONU, que se celebra en la sede de la organización en Nueva York, Bárcena insistió en la urgencia de atender las causas estructurales y profundas de este asunto y urgió a los países que se benefician del trabajo de los migrantes a tomar medidas para atender las olas migratorias.

Reafirmamos la importancia de apoyar a las comunidades de origen y sumar voluntades y recursos para lograrlo. Se requiere el apoyo y la contribución de todos los países, y especialmente de aquellos países receptores que se benefician del trabajo y las aportaciones de las personas migrantes. Aquí en Estados Unidos, por ejemplo, nuestros migrantes aportan más de 500 mil millones de dólares en impuestos, sostuvo Bárcena desde la principal tribuna de la ONU.

El fenómeno migratorio, sin precedentes, concierne a toda la comunidad internacional, a todos en su conjunto, agregó, y apuntó que la migración debe de ser una opción y no una obligación, porque cuando una persona migra, debe hacerlo de manera segura, ordenada y regular.

La canciller y ex jefa de la Comisión Económica para América Latina (Cepal) subrayó que el actual modelo de desarrollo global es insostenible.

Añadió que el mayor desafío de la agenda 2030 de desarrollo es la desigualdad y que para superarla no basta con reducir la pobreza, sino se requiere un cambio de paradigma para redistribuir la riqueza y el poder y cerrar las inaceptables brechas y asimetrías entre ricos y pobres, así como entre países.

Migrantes que cruzaron el río Bravo son recibidos en Eagle Pass, Texas, por agentes de la CBP y de la Patrulla Fronteriza. Foto Ap

Dijo que el gobierno mexicano se ha volcado a esa transformación del modelo de desarrollo sobre la base de una premisa básica: Por el bien de todos, primero los pobres.

En relación con el conflicto entre Ucrania y Rusia, la titular de la SRE explicó que la postura mexicana es de una inequívoca condena a la invasión rusa y advirtió que si la ONU no cumple con su mandato de paz y desarrollo, alimentaremos la insatisfacción y el desconcierto y sufrirán las instituciones internacionales que hemos construido.

Pidió que se ponga fin a situaciones aberrantes, como el embargo económico que sufre Cuba, totalmente injustificado y contrario al derecho internacional.

Refrendar el compromiso de México con la solución de dos estados: Israel y Palestina, viviendo lado a lado en paz y con fronteras seguras. Y a reconocer el derecho del pueblo de Israel, pero no a expensas del pueblo palestino.

Entre otros temas, aseguró que México asume de buena fe sus compromisos en relación con combatir el tráfico de drogas, pero acotó que “todo esfuerzo será limitado si los países de fabricación y de origen de armas traficadas no asumen su responsabilidad.

Nosotros recibimos 200 mil armas de fuego, que se trafican cada año a México desde nuestro vecino del norte, las cuales, por cierto, caen en las manos de la delincuencia organizada, produciendo innumerables víctimas fatales. Es el otro lado de la moneda de las drogas.