Cholula, Puebla. Con la finalidad de vencer las dinámicas de inseguridad y destrucción del tejido social existentes en el país, diversos sectores, entre ellos de defensa de derechos humanos, de acompañamiento a víctimas, académicos y religiosos, crearon una alianza ciudadana amplia, incluyente y apolítica, denominada Red de Acción para la Paz en México, pues “ya desde hace tiempo la violencia se ha vuelto intolerable”.
Reunidos en el Diálogo Nacional por la Paz, precisaron que, a partir de 2008, cuando comenzó la denominada guerra contra el narco “inició una tendencia al incremento de la violencia en el país, que no ha logrado ser contenida. En 2007 la tasa de homicidios era de 8 por cada 100 mil habitantes, en los siguientes años se triplicó llegando a una tasa de 29 por 100 mil. Actualmente cada día son asesinadas en el país 92 personas y hay 26 desapariciones.
En el encuentro realizado en la Universidad Iberoamericana Puebla, integrantes de la Compañía de Jesús en México, del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (Ciesas), del Colegio de México (Colmex), Servicios y Asesoría para la Paz (Serapaz), familiares de víctimas, obispos, religiosas y representantes del Vaticano se pronunciaron por una reestructuración de las estrategias de seguridad y por establecer una justicia restaurativa, los cuales son algunos de los puntos que contendrá la “agenda Nacional de Paz”, la cual será compartida con autoridades de todos los niveles de gobiernos y con legisladores.
Al respecto, el jesuita, Jorge Atilano González, uno de los promotores de la iniciativa, detalló que las personas designadas como enlaces estatales y nacionales harán llegar esa agenda a los futuros candidatos a presidentes municipales y a diputaciones locales, así como a los aspirantes a diputados y senadores y a las y los “presidenciables”.
La agenda contiene 14 acciones para “iniciar el camino por la paz”, entre éstas “impulsar la empatía y la solidaridad con las víctimas de la violencia, generar espacios de diálogo interinstitucional y la mediación para la resolución positiva de conflictividad, promover en las escuelas una educación para la paz que promueva la convivencia social, desarrollar una cultura de hospitalidad con los migrantes, refugiados y desplazados”.
Fabio Baggio, del Dicasterio de Desarrollo Humano Integral del Vaticano, precisó no puede haber paz sin justicia y que nunca la violencia puede ser la opción para resolver conflictos. “La paz representa una condición esencial para alcanzar el desarrollo humano integral, individual y colectivo. Para construir una sociedad pacífica y lograr el desarrollo integral de los individuos, pueblos y naciones resulta esencial la defensa y promoción de los derechos humanos. La violencia es la negación de la paz y no se puede justificar su uso como instrumento necesario para alcanzar un mayor bien común. La violencia es inaceptable como solución de los problemas”.
Ramón Castro, secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) aseveró que “este acuerdo no busca promover la confrontación ni la venganza, sino la unidad y la reconciliación del país, para que todos podamos ser protagonistas en la construcción de la paz y la justicia. Nadie debe sentirse excluido, participando las familias, comunidades, pueblos, ciudades, instituciones y las fuerzas políticas”.
En la última jornada del encuentro, bajo el escenario fueron pegadas fotografías de diversas personas desaparecidas, y se exigió su ubicación. Al cierre de los trabajos, varios participantes gritaron “¡vivos los queremos!”.
